¡España, qué idiota eres!
Parece mentira que aún estemos abstraídos e inmóviles, mirándonos el ombligo debido a que unos cerdos secesionistas hayan lanzado su grito al cielo, porque se les pretenda hacer que cumplan con las sentencias de tribunales y sin que asumamos, para bien o para mal, lo que dice nuestra Constitución.
Muchos nos llevamos un disgusto cuando se interpretó por el Tribunal Constitucional que ni teníamos derecho a un trabajo digno, ni a una vivienda digna. Que esos artículos de la Constitución no eran de obligado cumplimiento, sino un bonancible y eterno desiderátum, lo cual se tradujo en incumplirla reiteradamente y convertirnos en los campeones del paro en Europa. Pero lo acatamos y punto.
De vergüenza me parece que nuestro sucesivos gobiernos –PP y PSOE– admitan la peregrina idea de que hay que reformar esa Constitución para conseguir que quienes no la admiten, cumplan las sentencias de diversos altos tribunales, porque según esos mismos fracasos de gobernates, no quedaba suficientemente atado el cumplimiento, sí o sí, de dichas sentencias, cosa que me parece más que discutible. Mi convencimiento es que políticos y magistrados, o prevarican unos, o los otros.
¿Cómo, que como no había hecho falta amarrar el cumpimiento de las sentencias...? Menudos idiotas hemos puesto los españoles a gobernarnos. Si habéis sido vosotros los que habeis ido eliminando de nuestro Código Penal todo el articulado que se podría haber usado para meter en cintura a todos los gobernates secesionistas.
Veamos:
Artículo 155
- Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
Artículo 8
- Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
Es más que evidente que nuestra Constitución exige una reforma, principalmente para devolver su auténtico significado a las palabras y al articulado que la conforman, pero no son estos, 8 y 155, los artículos que deben ser reformados, sino cumplidos, a prueba de quién esté dispuesto a "reinterpretarlos" con tal de tener poder, o de quien sufra de "maricomplejines" y esté en el Gobierno Central para no gobernar y permitir que asunto tan graves, se pudran.
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