¿Comemos o "joemos"? Podemos.






Pocas veces se ha incurrido en tal dislate como en la "muy machista" contraposición del binomio casta~casto. Y esto se lo debemos a los muy feministas de Podemos.

Cierto que la aplicación de "casta" a los chorizos o políticos –más que correcta pues es lo que significa: xxxxx– con la acertada especificación de "chorizos", es claramente popular. 

Pero no es de extrañar que una formación política capaz de reclamar para sí –¿...? Si no existían entonces– la paternidad del acoso a la sede del PP, el "pásalo" –¿pero no había sido el PSOE?– el día antes de votar, tras el atentado del 11-M, ya puestos, trate igualmente de apropiarse de la paternidad del uso de la palabra "casta", para llamar a los conformadores de la partitocracia.

Lo que ocurre es que cuando, con sus propias acciones, de pleno derecho y sin ayuda de nadie, se colocan en esa denominación de "casta", "puta casta", eso les pilla angelicalmente desprevenidos y, dando una muestra más de que son casta, puta casta, optan por echar mano de los más tradicionales recurso defensivos de esa casta:
  • No dar la cara. Desaparecer disolverse entre las cloacas del poder. Interponer el plasma entre ellos y la prensa, o la sociedad.
  • No contestar a las preguntas. Soltando speechs que nada tiene que ver con la cuestión, o consignas que, al poco, se convierten, por reiteradas en los cuentos de Calleja y, ahora sí, el "·y tú más". Dicen que las mentiras tienen las patas cortas, está claro que sus argumentos las tienen aún más cortas.
  • La prostitución del lenguaje. El recurso de los más "ilustrados" de su parentela , la casta, la puta casta, que es usar las palabras para lo que no son (adecuadas). Pilar Ruíz Albizu, madre del asesinado por ETA, Joseba Pagazaurtundua, le escribió a Paxti López algo que nunca olvidaré: "Ya no me quedan dudas de que cerrarás más veces los ojos y dirás y harás muchas más cosas que me helarán la sangre, llamando a las cosas por los nombres que no son. A tus pasos los llamarán valientes. ¡Qué solos se han quedado nuestros muertos!, Patxi. ¡Qué solos estamos los que no hemos cerrado los ojos!". 
Como tenéis que marcar distancias con vuestro iguales, no podíais usar el "todo es mentira", el "soy inocente", etc. Así que, en un error inconmensurable, elegísteis para vosotro,s la palabra "casto". Ellos "castas", nosotros "castos". Y aquí es donde tendréis que afrontar la paternidad del bastardo. Partitocracia: casta (femenino, malo); Podemos: casto (masculino, bueno)

Personalmente a mí poco me importa este juego. Pero para vosotros tan acostumbrados a agarraros a un clavo ardiendo con tal de tener una jstificación para aplicar vuestro ariete demoledor, no se os puede juzgar por el rasero de la sociedad. 

Pues nada, a esperar que alguna feminista abra los ojos y vea como, una vez más, se las discrimina y veja, con el uso torticero del lenguaje. Esta vez de Podemos, y no será la última, ¿que no?



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