¡Caña de España!

No sé si finalmente resultará exonerado de su imputación pero,
hoy por hoy, tiene todo mi apoyo y por ellolo escribo aquí.




Me lo ha descrito una amiga que le conce mejor que yo, como un ligón empedernido –qué suerte tienes cabroncete–, me lo han insistido –y yo le he comprobado en TV y YouTube– que es un buen parlamentario.
En las distancias cortas tiene esa imagen de "macarrilla simpaticón" que a muy pocos españoles le cae mal, siendo muy distendido y coloquial en su trato. 

Les estoy hablando de Jordi Cañas, un parlamentario que demuestra que está a la altura de los que anhelamos los españoles comprometidos con la regeneración y la lucha contra la gran corrupción y la espeluznante falta de ética, tan arraigadas en los políticos –gracias Jordi, por demostrarnos que no en todos–, el sistema judicial, los sindicatos, los banqueros, la clase empresarial y en gran parte de la propia sociedad española.


 Jordi Cañas, cuando alguien destapó un viejo caso, anterior a su pertenencia a Ciudadanos, dio un elegante paso atrás, pasando a un segundo plano en la actividad de su partido. Ahora en que se ha confirmado su imputación, tras afirmar que "no quiere decepcionar a los votantes de su partido", entrega su acta de parlamentario, y queda a la espera de que se celebre su juicio, en el que esperemos que la Justicia sea tan rápida como ha mostrado en el caso contra el juez Elpidio Silva.

Se da la curiosa particularidad de que Jordi Cañas, es el primer parlamentario catalán que dimite, tras ser imputado. Lo que nos da la medida de la catadura moral de los otros imputados.


Sobre la gravedad y/o verdad de lo que se le imputa, prefiero no entrar para no alargar esta entrada, hablando de la opinión que nuestra politizada –y por tanto poco legal– casta judicial, me merece.

No como sucede con otros políticos enquistados en los aparatos de la inmensa mayoría de esos otros partidos nacionale y autonómicos. Ejemplos tenemos para todos los gustos, como, brevemente: 
  • El PPero alcalde de Santiago de Compostela, Ángel Currás que se niega a dimitir a pesar de estar imputado por el caso Pokémon, cosa que sí hizo su antecesor, Gerardo Conde Roa, y colega de partido que afirmó: "Esta ciudad no merece un alcalde que esté en la situación en la que yo estoy". Lo que demuestra que hoy por hoy, es un caso de honestidad personal, que no de partido, pues el actual, continúa.
  • El ya doblemente imputado, por soborno y tráfico de influencias, Oriol Pujol, que lo único a lo que renuncia ha sido a sus cargos oránicos de CiU, pero no a su escaño parlamentario tras su imptaciones en el escándalo de la ITV.
  • Nelson Santos, tampién del PP y alcalde de O Porriño, tampoco dimite tras su imputación por presunto trato de favor a empresas de familiares y amigos a los que habría adjudicado obras y servicios municipales por valor de 4 millones de euros.
  • Tampoco dimite el alcalde de Lugo y presidente del PSOE gallego, Xosé López Orozco, apoyado por la cúpula de su partido.
En total, más de 300 políticos españoles están imputados (los listados podéis verlos aquí y aquí), con especial incidencia en ámbitos municipales, de tercer orden, porque de los niveles más altos, saben tanto o son tan importante en sus partidos, que se ponen en marcha la maquinaria del partido para salvarles el culo presionando a jueces y fiscales, igualmente corruptos o prevaricadores. Están todos los partidos políticos con mando en plaza, ... PNV, IU, hasta los "jóvenes regeneradores de la nada" de UPyD, tienen ya su tacha.


Así que ingresado en la putrefacta UVI de la justicia –sí, con minúsculas– española, creo que mi mejor forma de apoyarle es decirle:


¡Jordi, eres la Caña de España!



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