Y como los sueños son gratis, … uno de Navidad.




Antecedentes:

Estoy plenamente convencido que los ni regeneradores o neoconstitucionalistas (Nueva Constitución) de derecha, centro, izquierda o liberales, aisladamente, obtendrán jamás per se, la mayoría suficiente para abordar los cambios o reformas necesarios de la Constitución, la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, la Ley Electoral, la Ley Orgánica del Poder Judicial, la Ley Orgánica de Partidos Políticos, la Ley Orgánica de Financiación de Partidos Políticos y otras leyes con distintos rangos, que se refieren a aspectos igualmente fundamentales para la regeneración de la política, como: Transparencia, Participación Ciudadana en la Vida Política, Seguridad Ciudadana, Financiación de Sindicatos y Patronales, Financiación de ONGs, etc. No, al menos antes de que sea tarde para tener algo que regenerar o recrear.

Luego la alternativa que nos queda, y ésta sí podría alcanzar la mayoría necesaria, sería una gran coalición de todos estos colectivos tan dispares.

¿Es posible esta Gran Coalición? 
¡Rotundamente NO! Al menos dentro de una coalición tradicional. Quienes me conocen, saben que defiendo en la transversalidad en política; pero eso es una cosa, y otra pedirle peras al olmo.


Génesis del sueño:

Existen muchas cuestiones –aborto, Monarquía/República, tauromaquia, ecologismo, etc.– que dificultarían ampliamente esta posibilidad, pero aún existen alternativas. Me explico:

Creo que, si bien los asuntos antes mencionados levantan barreras que harían infranqueable la negociación para llegar a un acuerdo, no es menos cierto que estas cuestiones, algunas fundamentales desde el punto de vistas moral para determinados colectivos, no nos dan, ni nos quitan, posibilidad de coincidir –y por tanto de defender– en los imprescindibles cambios ya citados. Así que se me ocurren dos posibilidades –con sus diversas variantes– que requerirían un esfuerzo de generosidad por todas las partes implicadas, pero ilusonantemente posible

A)       Una gran coalición, acudiendo juntos a las elecciones, de partidos de derecha, centro, izquierda y liberales con un Pacto de Hierro en cinco puntos esenciales:

1º-        Unidad territorial de España. Cualquier modificación de ésta debe ser fruto del refrendo de todos los españoles.
2º-        El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tenemos el deber de conocerla, el derecho efectivo a su uso y a su aprendizaje.
            Exigimos al Estado que garantice su uso y enseñanza. Y nadie podrá ser discriminado o sancionado por usarla.
3º-        Democratización interna de los partidos. Primarias libres para todos los puestos de responsabilidad internos/externos y limitación de mandatos. La subvención pública a los partidos, se reducirá la mínimo. Las fundaciones deberán autofinanciarse.
4º-        Reforma del Sistema Electoral. Elección de diputados por circunscripciones uninominales con revocatoria de mandato. El Presidente del Gobierno, será elegido en circunscripción única, a doble vuelta.
5º-        Independencia real entre los tres Poderes del Estado. Comenzando por los métodos de elección para Tribunal Supremo, Consejo General del Poder Judicial, Tribunal Constitucional, Tribunal de Cuentas, etc. Fiscalía del Estado, no del Gobierno. Restricción del ámbito de actuación del Tribunal Constitucional y reducción de éste a una sala especializada del Tribunal Supremo.

Creo que en esta propuesta, el punto potencialmente más conflictivo sería el 4º, por lo que propongo como alternativa –para los que me conocen– mi segunda opción, aunque prefiero claramente la primera:

4º B-     Reforma del Sistema Electoral. Primarias libres para todos los puestos de responsabilidad internos/externos (incluidas en el punto 3º), con un reducido número de avales (3-5%). Listas abiertas –entre estas dos medidas, se desactiva el actual poder de los aparatos sobre la voluntad de los diputados al votar–. El Presidente del Gobierno, será elegido en circunscripción única, a doble vuelta.

La clave, está en que fuera de estos puntos irrenunciables, cada miembro de la coalición, tendría libertad de voto para decidir el suyo, según las ideas propias de cada coaligado. Por ejemplo, los antiabortistas votarían según su conciencia y los partidarios de cualquier consideración abortista, lo harían en según la suya. Cada uno fiel a sus principios.

Esta Gran Coalición por la Regeneración, tendría una gran repercusión –basada en una gran labor de pedagogía y explicación al electorado–, dado el actual sistema electoral vigente: los diputados obtenidos por un voto de 5.000.000 de ciudadanos serían mayor que el obtenido por cinco formaciones, cada una respaldada por 1.000.000 de ciudadanos.

Además, dentro del pacto, cada formación conservaría sus propias siglas y sin pérdida de sus principios que, salvo en los cinco fundamentales, reflejarían en sus votaciones parlamentarias.

Creo que no resulta banal, valorar la repercusión en los ciudadanos de que formaciones dispares, sean capaces de formalizar esta especie de UTE provisional, para instaurar, de una vez por todas, el peso real de la sociedad civil, en la vida política española. Igualmente alguien podría valorar los votos "robados" a PP y PSOE de ser capaces de formalizar esta Gran Coalición por la Regeneración.

B)       Cada formación, incapaz de llegar a ese acuerdo de mínimos, se presentaría independientemente, pero dejando claro en sus programa electoral, que en los puntos fundamentales de la Gran Coalición por la Regeneración o Pacto de Hierro, someterá su voto a dicho pacto.

            Con esta opción se perdería, un importante número de diputados, por la pérdida de sinergia que la presentación unificada aporta. En mi opinión, sería un gran error por la atomización del voto, nos quitaría un considerable número de diputados, pero no deja de ser una opción a considerar, sin pérdida de siglas.

Es evidente, que que ambas opciones, A y B, se pueden combinar. Y alcanzados e instaurados los cinco principios fundamentales, cada formación retomaría su autonomía, disolviéndose la Gran Coalición por la Regeneración o Pacto de Hierro.


El cuento de la Lechera

Dejado clara mi perfecta ignorancia en el tema de la Aritmética Electoral, versión D'Hondt, se me ha ocurrido realizar dos simulaciones, sin ningún valor real pues se realiza por circunscripción única, orientativas de cómo el ir cada uno por su lado o coaligados, puede influir en el número de diputados.

Supongamos unos números basados en la pérdida de votos esperable por PP y PSOE, añadiendo IU, UPyD y CiU, y cinco partidos regeneradores cada uno con 1.000.000 de votos. Esta sería la simulación:




Ahora veamos la misma simulación con una gran coalición de partidos regeneradores, añadiendo un "robo" de 500.000 votos a cada uno del PP y PSOE, por el efecto ilusionante que la capacidad de esos partidos para unirse por algo realmente necesario, sin renunciar a sus principios, generaría entre una sociedad cuasi rendida. Esta sería la simulación:


 
Quede claro que no es una simulación correcta pues no se ha considerado el autonomismo de CiU (conentración de votos) y que faltan otros partidos, pero sí puede ser orientativa sobre la variación del rédito del voto, de ir unidos a no hacerlo. En este caso, 115, frente a 95 .


Epílogo:

Veamos ahora, si Santiago Abascal, Ortega Lara, Alejo Vidal-Cuedras (esperemos) con la formación que parece claro van a poner en marcha, Albert Rivera, Jordi Cañas, Matías Alonso con Ciudadanos, el esperanzador Movimiento Ciudadano, Partido para la Regeneración de la Democracia en España (PRD), Ciudadanos Libres Unidos (Cilus), Antonio García-Trevijano, liberales y otros tantos partidos verdaderamente regeneradores, son capaces de ese pequeño sacrificio y unirse alrededor de una idea de España verdaderamente democrática y descansando en la soberanía real de la sociedad civil.



 Espero que éste, mi sueño, sea
un bello Cuento de Navidad, tan compartido por todos,
que consigamos hacerlo realidad.
Como mi temprana felicitación navideña
a todos los regeneradores.




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