Ante la Ley, todos los españoles somos iguales. Los que nos hacen desiguales, son los perjuros que así la aplican.




Esa es la conclusión a la que llegará la mayoría de los ciudadanos que dispongan del mínimo espíritu crítico. Al margen de las razones que pudieran impulsar a los redactores de la Constitución, lo escrito, escrito está:

ARTÍCULO 14
Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.


Esto viene a cuento de la peculiar forma de actuar del fiscal Anticorrupción del caso Noos, Pedro Horrach, por sus últimas declaraciones en las que se burla de las afirmaciones del juez Castro, para a continución dejar la defensa y volver a actuar como fical, pero contra el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, "por denunciar trato de favor a la Infanta.", asegurando que la crítca a los Inspectores de Hacienda que actuaron en este caso, es grave y delictivo y que "resulta obligatorio ampararlos". ¿Amparo para los Inspectores de Hacienda y desamparo para los españoles estafados?

Lo curioso es que, ante la falta de argumentos reales, casi todos los fiscales anticorrupción, recurren a muy similares argumentos. Si Orrach dice: "no se puede imputar ni castigar a nadie por lo que es, sino por lo que ha hecho", en el caso Blesa, la Audiencia de Madrid, a petición –cómo no– del fiscal, mantiene que no se le puede enjuiciar por ser banquero y aplicarle la condición de imputado por la necesidad de busracr un responsable de la crisis. Evidentemente no menciona las amistades del banquero, pero arremete contra el juez autor de tal atrevimiento, Elpidio José Silva.


¿Alguien ha oído a fiscales o jueces argumentar
a favor de un reo, por su condición de "pobre"?
Quizás sea por ser Infanta o banquero 
es "mas igual", que ser ciudadano normal o pobre.
Pues eso.

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