De aquí se sale, pero ¿cómo? (II)




 Pero de lo que quiero hablar, es de otra cosa. y sobre cómo cambiar este corrupto Sistema, con opciones viables, aunque mínimas, de un posible triunfo.

  • Regeneración por los propios Partidos.- Ya hemos explicado que esto es imposible por las buenas; es exclusivamente un señuelo lanzado por los miembros de la partitocracia y sus voceros para que continuemos tragando y votándoles.
  • Revolución social.- Desde luego, quien más está haciendo por provocarla son las propia casta política, con sus continuos y escandalosos excesos. Porque, si bien es cierto que, corrupción siempre va a existir, mientras leyes, judicatura y los propio políticos no pongan coto, los niveles de golfería siempre serán intolerables. 
    • Improbable que la ciudadanía rodee pacíficamente parlamentos, ayuntamientos y demás centros de poder, hasta que el miedo haga presa en la casta y convoque un periodo constituyente.
    • La violencia no es deseable para nada, ni para un cambio del Sistema putrefacto.
  • Ayuda externa.- Creo que sólo el ingenuo podría esperar que desde Europa o Alemania, que son una misma cosa, se dieran los toques e instrucciones necesarias para que, por arte de birlibirloque, se implantara una drástica reducción de la corrupción en España. Ellos se centrarán en garantizarse la devolución de sus créditos y basta. Si ésta se viera en peligro, quizás serían algo más exigentes.
  • Cambio desde dentro.- En mi opinión, el único viable, aunque el más lento y no es tiempo lo que nos sobra. Tiene que ser la propia sociedad civil, la que, obligada por el sistema a participar en él –otro método sería una autentica pérdida de tiempo–, tome su propia representación y concurra a los diversos comicios electorales, hasta obtener la representatividad necesaria para cambiar o forzar el cambio del Sistema.
Ya conocemo, al menos dos formaciones con la clara pretensión y el firme propósito de representar a esa sociedad civil: 

  1. Ciutadans/Ciudadanos (C's).- Nacido y sustentado, en su momento, desde la Asociació Ciutadans de Catalunya y tras su paso por diversas vicisitudes, esta formación política, ha restringido su ámbito de actuación a Cataluña, con alguna representación testimonial en ayuntamientos de Madrid y Murcia. Su ejecutoria política es bastante honesta, pero su ambición de regenerar la política en toda España, no pasa de ser un desideratum en la actualidad. liderada desde un principio por Albert Rivera, con otros políticos, bastante menos conocidos que él, pero con cierto nivel de conocimiento fuera de Cataluña: Jordi Cañas, Nico Foncuberta, Carmen de Rivera. Ha recortado algo el control democrático de su estructura interna y ampliado sine die la permanencia de sus cargos electos en sus puestos (en principio limitada a 8 años).
  2. Sociedad Civil y Democracia (SCD).- Nacido desde la Asociación Sociedad Civil Española, de ámbito territorial nacional, sus inicios están apoyados, y a la vez lastrados, por la imagen pública de su líder, Mario Conde, como se ha demostrado en los únicos comicios a los que hasta ahora a concurrido, usándose desde el PP gallego a "sus contactos" para reavivar, oportunamente, una demanda que pasada esas elecciones, vuelve a dormir en cajones de los juzgados, hasta mejor momento para ser usada. Afortunadamente, la gente se va liberando de sus tragaderas y, si bien este levantar mierda perjudica al injuriado, son más, cada día, los ciudadanos en los que, este proceder, provoca reacciones justamente contrarias a los intereses de sus impulsores. Dispone entre sus filas, como referente conocido, aunque bastante menos que Mario Conde, a Lorenzo Abadía.
Me resisto a colocar entre estas opciones a Unión Progreso y Democracia (UPyD) por el conocimiento explícito de que la democracia interna en esta formación, ni la tiene, ni se la espera. No en balde, una de las frases de su "ideólogo de confesionario" es clara al respecto: "… la identificación de la democracia interna de un partido con el sistema democrático en su conjunto es una falacia."  Justificación, en mi opinión, de que la democracia puede ser defendida por los que incapaces de actuar como demócratas. 

Existen otras formaciones, de cuyas intenciones regeneradoras no dudo, como Ciudadanos libres Unidos (cilus), o el Partido para la Regeneración Democrática de España (PRDE), pero de implantación aún muy reducida y sin un líder conocido.

Es innegable que el proceso para cambiar desde dentro del Sistema, será exasperantemente lento. Mínimo de 4 o 5 legislaturas. ¿Podría sobrevivir tanto el actual Sistema sin implosionar por una presión social cada vez más violenta? Difícilmente esta situación de desmoronamiento aguante otros 20 años. Incluso cabe preguntarse (hablamos del 2031), si entonces existiría algo que mereciera la pena de ser salvado.

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