La crisis de los "narcofinancieros".





La verdad es que llevo tiempo viéndolo así. Y el devenir de los hechos, sólo hace que me reafirme en ello, por muy fantástico que a algunos les pueda parecer:

Como cuestión previa, y para que no se sientan ofendidos los que aún piensan que aquello de "To er mundo e güeno", no es el título de una película del genial Manolo Summer, sino un axioma a creer con la fe del converso, bajo riesgo de excomunión democrática, de no aceptarlo, diré que la expresión que usaré a lo largo de este texto, "narcofinancieros", no significa que considere a todos nuestro financieros, como narcotraficantes. Ni si quiera que por error, me haya comido una "a" en el inicio del "palabro". Simplemente, que pienso que algunos de ellos han actuado desde el principio como un autentico "cartel" o "lobby", planificando y poniendo en práctica una sucesión de acciones que, con otras externas, ha desembocado en nuestras actuales circunstancias económicas, quizás no todas pretendidas o previstas.

Tampoco quiero llamarlos banqueros por no desprestigiar más, una ocupación necesaria para la buena marcha de toda sociedad, como lo son la de políticos y sindicalistas, estas ya desprestigiadas totalmente, o empresarios, en la que hay de todo. No estoy en contra de la banca, de los partidos, de los sindicatos o de los empresarios. Estoy en contra de "estos" banqueros, "esta" casta política, "estos" sindicalistas y "estas" empresariales. En resumen, no me considero un antisistema, pero sí me declaro rotundamente un anti–"este"–sistema.

Creo que todo comenzó a madurar, en el último cuarto del siglo pasado, cuando ciertas mentes "narcofinancieras", observaron la auténtica calaña de los que aspiraban a, y conseguían, dirigir esta España nuestra, nuestros políticos. No eran los mejores de entre nosotros. Eran, además de los más mediocres, productos típicos de nuestra sociedad –nunca llegaron pateras repletas de políticos o periodistas– en la que la ética y la moralidad pública, brillan por su ausencia casi total.


Pronto, estos "narcofinancieros", comprendieron que el desmedido afán de nuestra clase política por enrocarse en el poder, por patrimonializar para sí o despilfarrar –cuando no apropiarse directamente de él–, un dinero que no era suyo, sino de todos los españoles, se podría convertir en su mayor aliado para engrosar sus balances y transformar al sistema financiero español, en "el mejor del mundo", Zapatero dixit –supongo que pensando en su mundo particular, uno de los de Yupi– y que no se cansaban de refrendar desde el propio Banco de España.

Serían, y fueron, los políticos, los que le hicieran el trabajo sucio, a cambio de créditos condonados para sus partidos y posteriores retiros dorados, en cosejos de adaministración, para los más serviles y que mayores favores o beneficios les consiguieron. Si no en sus bancos, sí en algunas de sus empresas participadas, preferentemente en aquellas grandes obtenidas de las privatizaciones de las joyas del Estado.

¿Alguien en su sano juicio, se dejaría aconsejar por quienes tan infaustos consejos y catastróficas decisiones, dieron o tomaron, en anteriores gobiernos? Desde luego, no sería yo quien diera trabajo de consejero a Pedro Solbes o Elena Salgado, tras su gestión en el Gobierno de España, o a Juan Pedro Hernández Moltó o a Ignacio López del Hierro, tras las suyas en Caja Castilla la Mancha, por mencionar sólo a algunos.


La idea principal, y última, de estos "narcofinancieros", era eliminar a su gran bestia negra que competía y reinaba exitosamente en el mercado de los créditos hipotecarios, y en el agrícola. Esta bestia negra eran las Cajas de Ahorros, muy competitivas, o menos ávaras por ser entidades sin ánimo de lucro, y el existente, destinado a fines netamente sociales. Creo que muy pocos podrían asegurar que en los años 70, esas Cajas de Ahorros estaban mal gestionadas.

Así que estimularon y aplaudieron –¿acaso algún "narcofinancieros" lo criticó?– el asalto de los partidos políticos, las organizaciones sindicales y las empresariales a los diferentes consejos de administración, marginando a los buenos gestores profesionales de sus direcciones. Simplemente se aprestaron a esperar a que comenzara y concluyera el akelarre del despilfarro y el expolio, hasta el agotamiento de la teta. Vaciadas las cajas de contenidos en sus "fines sociales", y de dinero en sus arcas y contabilidades, tal como están desde hace unos años, la guerra estaba ganada.

Claro que en el camino y en las diversas batallas, otras crisis globales y su propia avaricia, les hizo cometer errores de bulto que les ha dejado en evidencia y tocados en sus saldos y cuentas. Pero, no nos equivoquemos, esto ni les importa –pues conocen de las actuales tragaderas de nuestro anteriormente bravío pueblo–, ni es una derrota.

¿Qué derrota puede existir, si sabes que tus siervos, los políticos, acudirán prestos a salvarte el culo con el dinero de todos nosotros? Incluso muy "ultraliberales" economistas que ayer defendían la quiebra de cualquier negocio mal gestionado, banca incluida, hoy lloran preocupados por los ahorros de "los pobres accionistas". Repito lo que escribí hace unos días en Facebook:

"¿Alguien me puede explicar por qué tengo que sentir más pena por el accionista de un banco que pierda sus ahorros, que por el desempleado, o empleado en precario, al que le embargan su vivienda?"

Desaparecidas, o en periodo de liquidación, la inmensa mayoría de las Cajas de Ahorros, ahora tienen el campo libre para revitalizar sus negocios, y sin la incómoda competencia de esas entidades sin ánimo de lucro y con fines sociales. Añadamos que "reconstruirán" sus bancos, sí o sí, con el dinero que nos expolie el Gobierno, vía recortes y subidas de impuesto, y ya están ahí las medallas para los ganadores.

Pero tampoco seamos ingenuos o reduccionistas. Para que todo esto ocurriera era necesarios que organismos supuestamente independientes, como la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España, desde sus puestos directivos estuvieran perversamente ciegos a los múltiples tejemanejes entre "narcofinancieros" y polítcos corruptos. Impagable –ya veremos el puestecito que le tienen reservado tras su jubilación del puesto– la contribución a esta ceguera sobrevenida, la de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, alias MAFO, individuo para colocar en un lugar relevante en la Historia Negra de España.


Seguro que más de uno, pensará que esto que escribo, no es más que fruto de una concepción cercana a aquel "realismo fantástico" iniciado por Louis Pauwels y Jacques Bergier en su obra conjunta "El retorno de los brujos" (1960).

Para quién así piense, les recuerdo la máxima legal profusamente usada en los EEUU: "Follow the money and find the truth", (Sigue el dinero y encontrarás la verdad).

Supongo que, a estas alturas, nadie dirá que los máximos beneficiados de esta maldición bíblica que nos toca vivir, son los perroflautas, los parados, los funcionarios, los trabajadores, los autónomos, los profesores, etc. Tengo muy claro que esos beneficiados están dentro del entorno de los "narcofinancieros"

¿Dudas? Pero, si aún cuando a algunos de ellos se les pilla tan in fraganti que no queda más remedio que condenarlos judicialmente como delincuentes por los flagarntes delitos cometidos, corren prestos sus siervos, los polítcos, y les aplican escandalosos indultos …

¡Que más quieren estos "narcofinancieros"!


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2 comentarios:

OCTAVIO | 16 de mayo de 2012, 17:42

Te lo he fusilado .....

Juan Espino | 16 de mayo de 2012, 18:12

Tú mismo, Octavio. Gracias