La rebelión de las Palmiras


Cuesta creer que en estos crueles tiempos que nos toca vivir, en los que aquellos que, por representarnos, deberían se referentes de recato, mesura, dignidad, honradez y ética, para nuestra sociedad, que –reconozcámoslo– tampoco es un modelo de los mismos conceptos, surja un ejemplo positivo de todo ello, justo en una humilde trabajadora, y justo en Andalucía, paradigma del trapicheo, del "sin IVA", de peonadas fraudulentas, del trabajo en negro, de la chapuza cobrando el paro.

Entiéndaseme, el que la corrupción y la falta de ética pública sea un cáncer metastasiado en nuestra sociedad, no quiere decir que no existan personas decentes hasta "tener cara de buena persona" y ser consideradas "tontas" por los que así acallan su cierta mala conciencia. "Pues ya me podría haber encontrado yo los 14.000 euros, ya verías lo que yo hacía con ellos" se habrá podido oír ayer, se oirá mañana y por algunos días más, en corrillos y barras de bares.


Palmira Díaz, se llama esta granadina de 51 años, que a muchos nos reconcilia con la gente de nuestra tierra. Seguro que no le sobraría a su presupuesto, esa cantidad de dinero. Nadie la vio recoger el bolso con el dinero del interior del autobús que limpiaba, sólo su conciencia. Seguro que podría haber sacado de la estación de autobuses el valioso hallazgo. Pero no. Hizo lo que muchos no harían, entregarlo en las dependencia de la Policía Nacional.

"Mi puesto de trabajo y mi conciencia valen más que ese dinero", dijo ante la pregunta de la periodista por qué se le pasó por la cabeza cuando encontró esa suma. Cantidad que supone más de un año de su sueldo.

Seguro que, aunque fugazmente, consideró la posibilidad de retenerlo, lo contrario casi sería inhumano. Pero, lo importante es que reaccionó con la honradez y dignidad que sería deseable para todos nosotros. Personalmente, preferiría no encontrarme en su dilema.

A ver si las muchas Palmiras y Palmiros que seguro existen en España, encabezan –porque ellos sí tienen todo el derecho a encabezarla– la rebelión de la ciudadanía contra estas castas que nos han arruinado el País, y nos han arrastrado con ellos.

Por cierto, Mafo, esta mujer, ejemplo de dignidad, ética y honradez, sí que tiene para la ciudadanía el prestigio que tú expoliaste al Banco de España. A ver si en el PP toman nota de ello.

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