Mi forma de verlo.

Creo que soy un andaluz algo especial. De joven, ya apuntaba maneras, pues parte de mis amigos me llamaban "el polaco" porque no sabía bailar ni tocar las palmas, además de que aquellos de mis paisanos que me conocían de primeras, pensaban que era ¿canario? por chocarles mi acento al hablar. Pero siempre me he sentido andaluz y amo a mi tierra siendo crítico con ella, aunque soy consciente que nadie elige donde nacer y por tanto, ser de un lugar o de otro, no tiene el menor mérito, salvo para los de Bilbao, claro.

Ya en la diáspora madrileña, cada vez que en la tele, colocaban imágenes o paisajes de Andalucía, me emocionaba, y aún me emociono. Sin embargo, y principalmente en mis ansiadas vueltas a Sevilla, y encontrarme con amigos y conocidos, era casi inevitable que al tercer o cuarto día, me surgieran deseos de retornar a Madrid.

 Écija, ciudad en la que nací y en la que viví hasta los 8 años
y en sucesivos veranos, hasta los 13.

En resumen, soy, y me siento, andaluz, pero como de aquella manera, que no comparte la gran mayoría de mis paisanos.

Con respecto a las últimas elecciones, me siento enormemente decepcionado, no porque no ganara el PP, sino porque, los andaluces con derecho a voto, no hayan puesto en el estercolero que les corresponde, a esos cafres sectarios, corruptos y mangantes que llevan treinta años expoliando a la sociedad andaluza.

No voy a culpar a mis paisanos, ya que si alguien tiene derecho a equivocarse, son aquellos que siempre pagarán los platos rotos, el pueblo llano. Ni los "Queridos Emilios"; ni sus siervos, los políticos; ni los malos, pero exitosos, empresarios de la especulación y el conchaveo, pagará esas facturas. Pero sí puedo decirles que ya que eligieron libremente, tendrá el Gobierno que se merecen.

Al margen de otras importantes razones de las que han hablado, y hablan, personas más eruditas en ellas que yo, hay otra en la que me parece que no se ha reparado suficientemente, no podemos analizar lo ocurrido desde un punto de vista urbanita. La visión de las cosas es bien distinta desde Madrid, País Vasco, Sevilla (ciudad) o Barcelona que desde La Luisiana, Alosno, Trebujena, Bujalance, Jabalquinto, Olula del Río o Pinos Puente: la Andalucía rural.

 Sevilla, ciudad en la que viví desde los ocho años, salvo en los veranos.
A mis 13 años, la familia se trasaldó de forma definitiva a Sevilla, y allí viví, con algunos
periodos de tiempo, más o menos largos, en otros lugares, hasta los 24 años.
Con posterioridad, he regresado a la casa familiar asiduamente.

A pesar de mi deseo de cambio, aunque éste fuera hacia un PP en el que no confío, había comentado con amigos que estaba realmente preocupado por la reacción en esta población rural, máxime tras la reciente reforma laboral, y lo difícil que sería al PP explicarla, si explicable es, a personas que viven subsidiadas de manera premeditadamente errónea y pegados a unos medios de comunicación autonómicos totalmente parciales. 

 Panorámica de Écija

Si recortan de tal forma, "derechos" al que trabaja, ¿qué no nos van a quitar a nosotros los subsidiados? Ese es el pensamiento que creo generalizado en esa población rural subsidiada.

Incluso, desde el punto de vista urbanita, no se puede equiparar a ciudades importantes de Andalucía, con las de otras capitales con sectores verdaderamente productivos –que alguno quedará–, del resto de España. Si la Administración de la Junta tiene muchos funcionarios, mucho más numeroso es el personal contratado –no funcionario y "prescindible" por tanto–, sumados a los de la ingente cantidad de empresas tapadera, creadas por la propia Junta para distraer todo lo distraíble, por los que no pondría yo la mano al fuego, negando un miedo más que razonable a ser "recortados" en sus empleos, a poco que entrara el PP en la Junta. 

Si asumimos, aunque no compartamos, que los partidos no estén dispuestos a pegarse el tiro en el pie, que les supondría establecer las listas abiertas, ¿vamos a negar que personal contratado, jornaleros y población rural, trate de defender con uñas y dientes "su día a día", aún a costa de más corrupción y nepotismo? Todo ello, sin contar a "cienes de miles y cienes de miles" asesores, cargos de confianza, empresarios beneficiados por la "contratación digital", personal de estas empresas, los miembros de sus respectivas familias, etc.

Pues eso.



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