Lo mítico frente a lo factible.

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Por qué defiendo la financiación suficiente
y controlada del Estado a los partidos.


Comienzo por reconocer que viviría gozoso, si fuera posible, en la Arcadia feliz y mítica, en la que fueran sus ciudadanos los que decidieran voluntariamente apoyar física y económicamente al partido que eligieran libremente y éste, con los muchos-pequeños aportes de sus simpatizantes, sufragaran su campaña electoral. Pero esa Arcadia no existe, ni siquiera en USA y, por tanto, mucho menos podría existir en España, dada nuestra racanez para esto y la nula tradición en estas lides de financiar voluntariamente la política, porque en financiarla involuntariamente o por Decreto Ley, somos campeones.

Para ser sincero, creo necesario cuestionar la bonita y romántica creencia, generalizada entre algunos de nuestros conciudadanos, de que es el americano de a pie, quien con sus donaciones y esfuerzos físicos e intelectuales, coloca a tal republicano, o cual demócrata, en la Casa Blanca. Nada de eso, por mucho que nos guste creérnoslo. Las aportaciones de simples y sencillos ciudadanos, se reducen a ser el chocolate del loro de la financiación en las mastodónticas campañas.

La parte del león –muy león y señor mío–, para sufragar esos gastos, proviene de las "desinteresadas" donaciones de grandes corporaciones y grupos de presión (lobbies), industriales, agrícolas religiosos, etc. Sus particulares "queridos emilios", albertos, florentinos, etc. Si alguien es tan ingenuo como para pensar que tales donaciones no van a exigir su correspondiente peaje, quizás se merezca ser engañado. 


No quiero unos partidos cuya financiación, ocultada tras la romántica idea de ser sufragados por sus electores y simpatizantes, corra a cargo de los poderosos y sus intereses que no tienen por qué coincidir –casi nunca lo hacen– con los de los ciudadanos en general.

Así que voto por una drástica reducción de la financiación a los partidos, pero a cargo, y con control, del Estado, bastante reducido a su vez.

No obstante, estoy abierto a considerar otras opcione, pero que sean menos ingenuas que el planteamiento que aquí cuestiono.


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3 comentarios:

CIUDADANOS POR LA LIBERTAD | 9 de enero de 2012, 15:38

¿Y qué te parece, Juan, si en vez de financiar directamente a los Partidos políticos con mi dinero, no se financia directamente a los candidatos elegidos en segunda vuelta en su correspondiente circunscripción electoral? ¡¡¡PARA MI QUE SERÍA MUCHO MÁS JUSTO Y DEMOCRÁTICO!!!

Juan Espino | 9 de enero de 2012, 19:11

Perdona Juan, pero no me queda claro el contenido de tu propuesta. Con tanto turrón, estoy un poco espeso.

CIUDADANOS POR LA LIBERTAD | 9 de enero de 2012, 19:36

Pues muy sencillo, Juan. Simplemente se modifica la actual ley electoral, y se manda a los partidos político a tomar por culo. Y ya no hay listas de partidos abiertas ni cerradas, ni medio pensionistas, ni nada de nada, sino candidatos elegidos en segunda vuelta por el distrito electoral en el que se encuentren empadronados los dos últimos años anteriores a la convocatoria electoral.
Y por tanto, a quien se financia la campaña electoral es a los tres,cuatro,cinco,seis,etc,etc, candidatos que más votos hayan sacado en la primera vuelta.