¡Uy! ¡Qué mentira más gorda ha dicho el Rey ...!


Así diría cualquier jovenzuelo que se hubiera tragado el discurso navideño del monarca, y fuera conocedor del Artíclo 56.3. de nuestra Constitución, que dice:

"La persona del Rey de España es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65.2."

Lo que no viene a decir que el Rey sea un "irresponsable" en el sentido de insensato, aunque hayan existido situaciones en las que ha actuado como tal. Sino que no se le pueden pedir cuentas de sus actos judicialmente.

Pues bien, nuestro Rey, dijo claramente: «La justicia es igual para todos». Lo cual fácilmente sería interpretado como una gran mentira, siendo conocedor de lo anteriormente dicho. Sin embargo, siendo tramposa la frase, no deja de ser técnicamente cierta, aunque tampoco comparto que sea una vedad verdadera, como ya veremos*. No estaría de más que hubiera usado una forma más exacta: «La justicia es igual para todos los que estén sometidos a ella».


Lo cierto es que, cuando menos, rechinan bastante nuestros dientes cuando es el mudo el que habla. Cuando el único que constitucionalmente no está sometido al imperio de la Ley, es quien espeta algo más que equivalente a "Todos somos iguales ante la Ley". Y aquí es donde me afloran sentimientos republicanos, que, al poco, se entibian al considerar que el Rey sería sustituido por una Presidencia de la República constituida, no por un Monarca, sino por un Presidente y muchos políticos y asesores de fabricación nacional con todo lo que de ineptitud, corrupción y dedazo, ello conlleva. Así que mientras no fabriquemos políticos a prueba de corruptelas, presiones, sueños de trascendencias, etc. ¡Vive le Roi! Pero que viva más controlado en amistades peligrosas y familia. 

Y hablando de control, transparencia, algo que me preocupa, y ya que las consecuencias, de ser ciertos mis temores, no tendrán ningún valor judicial para Juan Carlos I de España, voy a plantearlas en público con la necesaria aclaración de su actual valor de "presuntuorias". Se dice que ya en 2004, el Rey tuvo certeros indicios del "comportamiento no ejemplar" de su yerno Urdangarín. Razón por la "alguien consiguió" que, al poco, se le buscara conveniente acomodo, bien lejos de los babosos y despilfarradores gobiernos autonómicos del PP o del PSOE. que aunque éste sea de tradición republicana, en cuestiones de "pelotazos y dedazos", tanto monta, como monta tanto.

Por ello, y teniendo en cuenta que para el Monarca, la "ejemplaridad" –servir de ejemplo– para el resto de los españoles debería ser su santo y seña, cabría preguntar ¿la actuación "responsable" de Juan Carlos I de España debería terminar en alejar de las tentaciones y de luces y taquígrafos al ejemplar Urdangarín? ¿No le conminó a devolver lo desviado, lo evadido o lo defraudado a la Hacienda Pública? ¿Es eso lo que el Juan Carlos I de España, espera que hagamos cualquier ciudadano español que tengamos conocimiento o sospechas fundadas de la comisión de un delito, estafa o apropiación indebida? ¿Es lo que el Juan Carlos I de España, cree que haríamos los españoles? ¿Cree que así lo haría yo? Prefiero no saber la respuesta a la última pregunta, porque, si fuera afirmativa, no tendría más remedio que acordarme de parte de sus ancestros por muy Rey que su Majestad sea.

Así que entiendo, aunque no apruebo, que haya pasado su Majestad, de puntillas por el asunto de la corrupción galopante. Asunto por el que también se le empieza a ver el plumero al amigo Rajoy. Según los cronistas fue el único asunto que le hizo dar una respuesta algo desabrida en su debate de investidura: «... no puede “aceptar” que la corrupción política está “generalizada”, porque “la inmensa mayoría de los políticos se comportan como servidores públicos, honorables, decentes y preocupados por el interés de los ciudadanos”» ¿Y Vd. señor Rajoy, pretende que me lo crea?


Mire Vd. Don Mariano, al parecer la excusa más usado desde el Rey abajo, es la familia, o mejor dicho: "la famiglia", pronunciada con voz del don Corleone. Seguro que esa es la coartada moral con la que se auto-justifican esos políticos que se declaran "honestos" –y Vd. defiende como tales–, para no denunciar las chorizadas y los expolios, cometidos por "los suyos" –"la famiglia" en el más amplio sentido–, de los que inexcusablemente irán teniendo conocimiento a lo largo de su vida política. Como aquellos miserables capaces de seguir jugando a las cartas ante el compañero asesinado por ETA. Son igual de despreciables que ellos porque, por mucho que se empeñen, ellos y Vd. señor Rajoy, eso no es ser honesto.
*Y concluyo, volviendo al grave asunto de la igualdad ante la Ley. Me parece realmente obscenos que pretendan hacernos tragar esta mentira más grande que una rueda de molino, mientras se realicen indultos a delincuentes convictos como el de Alfredo Sáenz (fiel y valorado colaborador de amigo Emilio); se le niegue igual privilegio, hasta que el clamor popular ha sido insoportable, a Miguel Montes Neiro, el recluso más antiguo de España, y sin delito de sangre, cuando tenemos a media ETA en la calle o huida de las manos de la inJusticia Española; se sentencien por el Constitucional sorpresivas y creativas prescriciones a los Albertos, con una nueva petición de indulto en la bandeja de la judicatura. ¿Alguien puede pensar que esto es mínimamente serio? ¿Que realmente somos todos iguales ante la Ley y la Justicia en España?

En la España que conocemos, si es Vd. político, banquero, poderoso económicamente, o con las adecuadas "amistad peligrosa", no se preocupe si ha cometido alguna tropelía, porque emulando a Groucho Marx, en nuestro País, rige: "Estas son mis leyes, pero si no le valen, tengo sentencias del Constitucional o indultos del Gobierno".



0 comentarios: