Ora pro nobis

o el Sermón a la Montañesa.

Aunque aún, por pocas horas ya, me encuentro de vacaciones, una amiga cántabra, motañesa ella, me envía un enlace al blog de Carlos MG en el que a manera de bienaventuranzas se describe al afiliado cómodo ¡Qué carajo, comodísimos! para toda dirección que se precie de que ninguna mota de polvo se mueve, sin que ella la haya soplado previamente.

No me resisto la tentación de hacer lo mismo, por contraposición con el original, sobre las bienaventuranzas que debenría ser guía obligada para el dirigente idóneo de un partido que se precie de estar para regenerar la democracia, de verdad, dando ejemplo. Sin lugar posible al hipócrita y farisaico: "haz lo que te digo, no lo que yo haga":

No confunden la “democracia interna” con acracia a su medida y conveniencia.
No confunden la “democracia interna” con la "dedocracia intensa"

No identifican la “regeneración democrática” con tener un papel protagonista.
No identifican la “regeneración democrática” con el exterminio del disidente.

No hacen fuera las severas críticas que nunca jamás han expresado dentro.
No hacen dentro las purgas que critican que hagan los otros afuera.

No intrigan ni conspiran torticeramente, sino que exponen sus diferencias abiertamente y dan a todos la oportunidad de manifestarse al respecto.
No expedientan ni laminan torticeramente, sino que abren cauces de expresión para que todos los afiliados puedan exponer sus diferencias abiertamente y dando a todos la oportunidad de manifestarse al respecto.

No traicionan la confianza recibida sólo para demostrar independencia insobornable.
No abusan de la confianza recibida y/o secuestrada sólo para demostrar su poder omnímodo.

No consideran que las reglas y normas sean papel mojado cuando les afectan a ellos.
No consideran que las reglas y normas sean papel mojado cuando les afectan a ellos. ¿Para qué cambiarla si así es perfecta?

No viven sólo para cosechar aplausos, sobre todo haciendo escarnio de los demás.
No viven sólo para cosechar aplausos, sobre todo haciendo escarnio de los demás. Idem, eadem, idem.

No ven a sus compañeros como enemigos o siervos de sus designios.
No ven a sus compañeros como enemigos o siervos de sus designios. ¿Algunos leerán sus textos después de escribirlos?

No vociferan ni insultan si sus deseos no son atendidos.

No vociferan ni insultan si sus deseos no son atendidos. Algunos puntos, no cabe la menor duda de que son claramente autobiográficos.

No viven corroídos por el rencor y el deseo de revancha por agravios imaginarios.
No viven corroídos por el rencor y el deseo de revancha por agravios imaginarios. De pequeño me dijeron que el rencor y el odio no dejaba crecer.

A los que saben reírse también y sobre todo de sí mismos, y no sólo del resto.
A los que saben reírse también y sobre todo de sí mismos, y no sólo del resto. Y se aplican lo que escriben para los demás.

A quienes saben distinguir la crítica del chantaje o la acusación inapelable.
A quienes saben oír y asumir la crítica sin responder con chantaje o la acusación prefabricada e inapelable.

A los que buscan la persuasión con razones y se dejan persuadir por razones mejores.
A los que saben de la existencia de la persuasión con razones y prefieren ponerla en práctica a tirar de expediente ante la más mínima duda.

A quienes no tienen siempre a punto el “y de lo mío, ¿qué?”
A quienes no acusan, torticera e indefectiblemente a todos los disidentes de que lo que dicen es: “y de lo mío, ¿qué?”

A quienes, teniendo extensos conocimientos, no peroran siempre excátedra ni recurren al Curriculum Vitae como bate de beisbol.
A quienes, no tratan de ocultar tras indemostradas y "ostentóreas"cualificaciones la designación dedocrática, frente a demostrados y desinteresados trabajos para el partido, sean en labores de calle como profesionales. Lo malo de un buen profesional es que para serlo, debe disponer de un espíritu crítico.

A los que tratan de no humillar nunca a nadie gratuitamente.
A los que siguen el espíritu del Manifiesto Fundacional y se conducen sin ofender a otros, se llamen Santiago Abascal o Ciudadanos.

A los que piden ayuda sin rebajarse y la dan sin ostentación.
A los que saben que pedir ayuda, no es rebajarse y que prestarla es un honor.

A los que no crean problemas donde no los hay para aportar su solución prefabricada.
A los que no crean problemas donde no los hay sólo para demostrar que él tiene el poder.

A los que no esperan que se les dé siempre la razón, o si no me voy.
A los que no exigen que se les dé siempre la razón, o votamos hasta que me la den, o si no me voy. Aunque ésta es una consideración peligrosa que la mencione, pues no hace tanto alguien amenazó con irse si ...

A los que ponen la convivencia con sus compañeros de viaje por encima de su comodidad.
A los que teniendo en gran estima la convivencia con sus compañeros saben que los principios están por encima de ésta.

A los que son sinceros cuando es necesario, y discretos siempre.
A los que son sinceros siempre, y discretos cuando se pueda y deba.

Desconfían de la adulación, huyen del pelotilleo y agradecen la franqueza amistosa.
Rechazan la adulación, no practican el pelotilleo y agradecen la franqueza amistosa.

Intentan ser con los demás al menos la mitad de indulgentes de lo que lo son consigo mismos.
Intentan ser con los demás al menos la mitad de indulgentes de lo que lo son consigo mismos y no les basta con escribir grandes frases, sino que las practican.

Procuran no exigir nada que no estén dispuestos a hacer por sí mismos.
No exigen una confianza que no estén dispuestos a tener en los demás.

Piden perdón cuando se equivocan y lo dan sin pensarlo cuando se les pide.
Me conformaría con que algunos sólo admitan la posibilidad de que puedan equivocarse, en algún momento de su vida.



2 comentarios:

Bárbara Paraula | 9 de julio de 2009, 8:30

:)

A mi también me pareció que se estaba retratando a si mismo. Pero vaya, vaya a su blog que la última entrada es todavía mejor. ¡Que pluma tiene D.Carlos!

Kristian | 11 de julio de 2009, 0:34
Este comentario ha sido eliminado por el autor.