Expedientar al expedientador
Desde hace poco se ha impuesto la upeidiana forma de rechazar problemas, basada en la exitosa táctica del avestruz, no dándose por enterado el partido, por orden expresa de Rosa Díez y Carlos Martínez Gorriarán, de ningún escrito que no deseen recibir, por una o muchas firmas que lleve encima y aunque se le entregue a un "cualificado" servidor de la primera, más hubieran conseguido los actuantes si me hubieran hecho caso y hubieran enviado un burofax, o se hubieran personado en las oficinas de Orense con el escrito por duplicado y que sellaran una copia como fe de entrega. Hay cosas que por mucho que te esfuerces, no puedes ignorar.
Pues ante esa forma descrita de eliminar los problemas, no aceptando constancia alguna de ellos, voy a usar este medio público para solicitar la urgente apertura de expediente disciplinarios por infracción, a mi entender, muy grave, contra el afiliado Carlos Martínez Gorriarán por el uso torticero de su auto-concedida responsabilidad, nunca refrendada por las bases, y el uso de su poder cuasi omnímodo contra todo afiliado que se atreva a discrepar de su personal interpretación de la forma de dirigir a UPyD, nada coincidente con nuestro Manifiesto Fundacional y, por muy patético que parezca, al parecer coincidente al 100% con la de Rosa Díez.
Esta llamada de atención va también dirigida al Comité de Ética y Garantías del partido para ver si sensibilizados, los tres cualificadísimos profesionales que lo integran —si no lo fueran, no serían admitidos por Carlos Martínez Gorriarán— por la parte ética de su denominación, actúan de oficio ante tanta chapuza y abuso de poder. Es del todo aberrante que en un partido democrático se calle y otorgue, ante tan deleznable uso de estatutos y reglamentos por parte de la dirección de éste. Parece una adaptación trilera de la frase de Groucho Marx: "Estos son mis principios pero si no le valen tengo más", que según interpretación de Gorriarán, derivaría a "Estos son nuestros Estatutos y reglamentos pero si no me sirven, los ignoro o los cambio hasta que me valgan".
Fruto de esta ingeniería ética son las recientemente publicadas, junto a los Estatutos y otros documentos, "actualizaciones" de reglamentos que, curiosamente, han recibido el suficiente trabajo de I+D "ético-reglamentario" para permitir que prácticamente bajo las mismas circunstancias, Armando Flores —favorito de Rosa en Andalucía—, tenga asiento en el Consejo Político, mientras que Javier Carroquino, para Rosa, impugnador totalitario (por lo de enmienda a la totalidad, si fuera por lo de opresor de demócratas, mejor que mirara más cerca de ella), quede fuera del mismo órgano.
Otro ejemplo de esa ingeniería "ético-reglamentaria" es prohibir, en contra de lo marcado por lo reglamentos en vigor en ese momento, que se destituya a un coordinador provincial que actuó fuera de reglamentos y en contra de la mínimas normas éticas, según el resto de los componentes de su coordinadora territorial. Posteriormente y haciendo gala de un relativismo digno de Zapatero negociando con los etarras, se realizaron las "actualizaciones" necesarias para justificar, a posteriori, lo que era injustificable, según los reglamentos vigentes, cuando se hizo. Es necesario aclarar que el coordinador provincial protegido con tanto ahínco por la dirección, se jactaba de pasar de la territorial a la que, según él, le quedaban dos telediarios y estaba continuamente al habla con Madrid, en un claro ejemplo de "aplaudió" de sus señoritos.
Al comité de Ética y Garantías, le sugiero que comiencen por una lectura, prestando más atención en ello que cuando lo leyeron con anterioridad, para detectar múltiples errores incluyendo los cometidos por tan insignes juristas, del expediente que supuso la expulsión de Ildefonso Cejudo. Llama la atención que en la carta firmada por Gorriarán, Fabo y Pimentel, contestación a una que aún no se les había enviado. Los que hipócritamente no paran de acusar a compañeros de hacer públicos "documentos del partido" que son accesible para cualquiera que desee descargarlos desde la página del partido, no tiene el menor rubor de hacer público el resultado de la votación de una coordinadora territorial, cuyos contenidos se nos encarecen como secretos por ellos mismos, con tal de ningunear la elección del Sr. Cejudo. Se le acusa de algo realmente increíble para alguien que conozca, aunque sea un poco, a Gorriarán. Según afirma en el escrito acusatorio, Ildefonso le exigió confianza plena en él. Difícil es admitir que el Sr. Cejudo le exigiera confianza plena a Gorriarán pero, lo realmente increíble es que la soberbia de éste le dejara irse, al Sr. Cejudo, sin que Gorriarán le invitara a abandonar el partido o una airada contestación del pequeño gran hombre.
Sé que tras esta petición, si aún no estaba firmada mi sentencia de expulsión del partido, pondrá urgentemente en marcha la maquinaria expulsadora del partido. Te diré Carlos, que me importa un pimiento que trates de expulsarme del partido. Es claro que si, como se decía hace años: "Democracia con Fraga, es como follar con bragas", pues, como diría el interfecto, "¡Hay que decirlo!" Por lo visto hasta ahora de tu demooooocrata trayectoria (parafraseando a un común conocido), tu "cualificada" gestión del partido y la Democracia, como que no, como el agua y el aceite. Vamos, que aplicando reglamentos y administrando la democracia interna, tienes más peligro que un pederasta en la dirección de una guardería.
Además, y eso te molesta porque no puedes manipularme, paso de listas electorales nacionales europeas o municipales, no vine para asegurarme el futuro y disfrutar de la mieles del poder, como me temo que habéis hecho Rosa , tú y otros. vine por el proyecto, por el Manifiesto pero he llegado al convencimiento de que éste y tú aplicando reglamentos y Estatutos, sois incompatibles. Así que si para luto de la democracia consigues permanecer con los tuyos, en la cumbre de UPyD, no tendré el menor interés en compartir proyecto contigo. Si finalmente —indudablemente con mi ayuda, desde dentro o desde fuera—, algunos demócratas consiguen acorralar a la profesional Rosa, pese al falso envite de "en un partido con ese reglamento de congreso, yo no estaría" ... claro que estaría, no podría vivir sin ser ella "la política en la que confíe la gente", siempre que se le permita chupar cámara, ser la portavoz, etc. Algunos, como los peces, mueren por la boca, y Rosa necesita tanto de las cámaras, de la política, en el peor y el mejor sentido de la palabra que, de convertirte en un muro entre el éxito mediático y ella, ten por seguro que te apartaría propinándote una sonora patada en el trasero que es, aproximadamente, menos de la mitad de lo que te mereces por tu comportamiento con la gente honesta.
¡Ah! y si crees que Rosa no sería capaz de hacerlo, pregúntale a Mikel.
4 comentarios:
Ya era hora que empezara a "removerse" UPyD, porque se ha convertido en una bomba. Sólo deseo una cosa: si esto puede reconducirse, perfecto (aunque las esperanzas ya son pocas), pero si la deriva es irreversible, ojalá que las dimisiones y las bajas (de afiliados asqueados por esta "traición" de los dirigentes de UPyD al Manifiesto y a la militancia) consigan que el partido desaparezca como tragado por la tierra. Y ojalá que en mi memoria se borrase esta historia de humor negro. El daño moral provocado a tantos ciudadanos que confiaron en lo que "pregonaba" UPyD sería imperdonable.
No dejeis de ver el vídeo que ha colgado Eli Jo en su blog (La berenjena laica), ni el que han colgado esas chicas que algunos llamais "las Auroras" en el suyo (Ciudadanos sin complejos). Reflejan los sentimientos de muchos.
Del primer Juan Espino que conocí en los primeros blogs de UPyD, con José María Calleja y Rosa, a éste me da la sensación de que ha cambiado todo. Los años nos debieran hacer más flexibles y entender muchas razones. Pero los egoismos no conducen a nada. Con vuestra/tu actitud estáis contribuyendo a impedir que UPyD se consolide. En el Congreso va a existir la posibilidad de expresarse y estáis impidiendo que haya un diálogo o una crítica constructiva y no es la mejor manera de potenciar nuestras ideas.
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