Eclesiastés 3, 1-8


Aunque no creo que esta alusión bíblica sea muy del agrado de algunos, viene que ni pintada:

Para todo hay un tiempo
Y un tiempo para cada propósito bajo el cielo.
Un tiempo para nacer, un tiempo para morir.
Un tiempo para sembrar, un tiempo para cosechar.
Un tiempo para matar, un tiempo para sanar.
Un tiempo para romper, un tiempo para construir.

(de mi cosecha)
Un tiempo para discrepar, un tiempo para UNIR.
Un tiempo para honrar ... Y un tiempo para VOTAR.

Y ahora, es tiempo de votar. He leído sobre iniciativas para que la gente no vote a UPyD, incluso respaldada por quienes dicen ser afiliados. No puedo estar en mayor desacuerdo con ella. Debe quedar claro que cualquier legítima —eso sí deseo recalcarlo y recordarselo a todos—, legítima discrepancia manifestada por mí u otros consejeros en el Consejo Político del 28/03/2009, se circunscribían exclusivamente al tema organizativo. Quedando igualmente entendido, y así lo afirmó la propia Rosa Díez, que ningún desacuerdo se había reseñado en los aspectos políticos.

Siendo así, resulta inaceptable cualquier posicionamiento contrario a los intereses de nuestro proyecto político, UPyD, muy por encima de personas y actitudes, con las que no es necesario compartir mesa y mantel para compartir esas ideas que son LO QUE NOS UNE. Ideas que, al menos yo con mis palabras y, lo que es más importante, con mis hechos, he defendido (con toda mi posible dedicación), defiendo y seguiré defendiendo, esté donde esté, como otros muchos. Desde dentro del partido, es intolerable pedir el voto en contra.

Somos muy diversos y nadie tiene autoridad real ni, mucho menos, moral para prefijar como debemos responder cada uno a las acciones y/o presiones de otros componentes del partido. Cada uno es libre de reaccionar inhibiéndose, restringiendo su participación a determinadas cosas, colaborando como antes, protestando o varias de ellas a la vez, incluso marchándose. Pero he llegado a la conclusión de que sólo en este último caso está legitimado para pedir que se vote en contra de su antiguo partido o reclamar el voto para otra formación, si así lo estima en conciencia.

Así que, dedicando cada uno el tiempo que pueda, desee y no necesariamente en exclusiva, os animo, es el momento de trabajar para llevar nuestras ideas a Europa. Los candidatos están, seguro que de los mejores que podemos ofrecer ahora y, más seguro, lo harán todo lo mejor que puedan y sepan, en nombre de todos nosotros.

Por cierto, para despistados, cuando los dirigentes de una entidad financiera realizan préstamos arriesgados y una inspección aflora al público la mala situación de la entidad, por muchas matronas "pachonas" que culpen a la inspección, son esos dirigentes ineptos los que "rompieron" la solvencia de la entidad, no el inspector. Así que por favor, no maten al pianista.










5 comentarios:

Funes Memorioso | 11 de mayo de 2009, 19:46

Estimado Juan,

O la actual dirección entiende que no todo vale o, lamentablemente, sus procedimientos serán revalidados.

Dado que en este -como en cualquier otro partido- los argumentos más convincentes son los resultados electorales, me parece suicida que los interesados en una verdadera regeneración renunciemos a este limitado margen de influencia.

Votar "como sea" a UPyD: no, gracias.

Saludos cordiales.

Juan Espino | 12 de mayo de 2009, 18:18

Hola Funes, créeme que entiendo lo que dices. Yo mismo me veo como el patético capitán de la vieja escuela que se hunde con su barco. Veo prácticamente imposible que se reconduzca la situación, pero creo en el proyecto, es tan mío como de cualquiera y voy a luchar por él, hoy apoyando la campaña y mañana tratando de cambiar las cosas.

Es algo muy antiguo para muchos de los "modernos" que nos rodean, se llama COHERENCIA y últimamente es poco vista por aquí. Tiene que ver mucho con, otro de los valores perdidos (no sólo hay que recuperar valores como "esfuerzo", "excelencia, etc.), la hombría de bien, que por hacerlo extensible al género femenino, rebautizaré como la ciudadanía de bien.

Hernaniarra | 12 de mayo de 2009, 23:55

Juan Espino: nos has explicado con detalle el grado de corrupción y podredumbre que hay dentro de UPD, lo poco fiables que son sus dirigentes, etc. y ahora dices que hay que votar a UPD. Añades que ahy que hacerlo además por coherencia, honor y hombría. Pues lo siento, pero yo no te entiendo en absoluto. A mí los partidos políticos me importan todos lo mismo, son sólo medios para el fin que persigo como ciudadano: una convivencia en libertad e igualdad. Lo único que me importa es la regeneración de mi país. Motivo por el que no puedo votar a un partido tan corrupto como el PSOE, el PP y todos los demás. Esto no hay quien lo solucione. Pintan bastos para todos. La culpa es de la ciudadanía que tenemos: embrutecida, sectaria, aborregada, rencorosa. Tenemos lo que nos merecemos. Es un vergüenza ser español. Incluso ser europeo. En adelante lo tengo claro: abstención, voto en blanco o voto nulo en el que se lea "meteros mi voto por donde os quepa".

Un saludo y que tengas suerte. Yo no te sigo en tu extraña coherencia.

Juan Espino | 13 de mayo de 2009, 0:48

Hernaniarra, la coherencia de la que hablo no es con el partido que ciertamente es sólo una herramienta que responde a las expertas o necias manos que la manejan, mi coherencia es con las ideas y los modos incluidos en el Manifiesto que están mucho más allá que las personas, expertas o necias.

Dices que lo único que te importa es la regeneración de tu país, más o menos lo mismo que a mí y coincido en que hay que empezar por la propia sociedad española (como dices, tenemos lo que nos merecemos). Ahora, si piensas que puedes conseguirlo sin "herramienta" alguna, absteniéndote, votando en blanco o provocando el voto nulo, espero que tengas más suerte que yo con mi extraña coherencia.

Quizás la diferencia puede estar en que a mí aún me queda una muy pequeña y lejana esperanza de conseguirlo.

Hernaniarra | 13 de mayo de 2009, 20:56

Gracias por tu respuesta, Juan. No pienses que soy un maximalista. A nadie pido la perfección para darle mi confianza, porque nadie es perefecto. Se diferenciar entre distintas tonalidades de grises. Pero conviene recordar que un proyecto político es inseparable de la confianza que suscitan las personas que pretenden llevarlo a cabo. En el caso de UPD, su proyecto político en las palabras (regeneración, transversalidad, igualdad y libertad, loquenos une...) es inseparable de las personas que lo comandan (formas stalinistas, culto al líder, UPD = PSOE-bis sin ZP...). La clave está en ver la distancia que hay entre las palabras, lo que se dice, y lo que se hace, los hechos. Rosa Díez habla muy bien, pero hace cosas en dirección contraria a lo que promete. Para mí UPD es un salvavidas pinchado. Una esperanza rota. Una pena que así sea. Insisto: yo no puedo votar a un partido que promete una dirección y sus pilotos lo conducen en dirección contraria. No reúne los mínimos requeridos para darles mi confianza.

Si te interesa lo que algunos estamos debatiendo al respecto:

http://ciudadanos-nada-mas.blogspot.com/

Un saludo cordial.