¿Ni 100 días le van (vamos) a dar?





Seguro que no hubiera votado a favor de Donal Trump, tampoco me gustaría hacerlo a favor de Hillary Clinton (Málaga y Malagón).

Hoy denominan a Trump, con bastante acierto, como “El líder del Nacional-populismo” en “El Confidencial”. Así lo veo yo, aunque sin garantías de estar en lo cierto, me temo que la verdad no estará lejos del titular.

La tradición europea, da –o trata de dar– a cada nuevo gobernante una franquicia de 100 días, supongo que para aterrizar en el poder, antes de lanzarse a la crítica –más o menos descarnada, según el Medio– de sus acciones de gobierno. Esta tradición no se ha respetado en USA (
tampoco en Europa), quizás por la verborrea incontinente del personaje y su desmesurada capacidad de dar vivas al clero y a las checas, a continuación.

Cierto que los norteamericanos son distintos y tienen por costumbre convocar el mismo día de su toma de posesión, todo lo más al día siguiente, manifestaciones de apoyo o repulsa al ya Presidente. Esta vez ha sido fundamentalmente de repulsa, y no únicamente e Washinton, sino en muchas otras capitales Norteamericanas y del resto del Mundo, con bastantes más asistentes que al acto de su juramento. No sé qué, pero algo quiere decir este rechazo.

Otra muestra del talante del personaje, ha sido la inmediatez en acusar públicamente a la prensa de sacar dos imágenes “retocadas” según él, aunque dudo mucho que no esté seguro de lo incierto de su aseveración, mostrando los vacíos en su acto de juramento, comparado con el lleno del primero de Obama. Si la realidad no te da la razón, basta con insistir en la mentira y atacar a sus testigos y notarios, para seguir engañando a la sociedad que, poe otra parte, debe estar ansiosa de ser mentida por un incontinente como éste.




Este antisistema, en el sentido clásico de entender “el Sistema” aquí en España: partidos monolíticos al servicio del líder; alejados, muy alejados, de los intereses de la sociedad que les paga –por hacerlo bien– y no sólo no lo hacen, sino que nos roban y esquilman de continuo, y sirviendo a los intereses de aquellos, que nos roban aún más, grandes empresas, oligopolios, empresarios, instituciones que, con tal de salvar lo suyo, se mean directamente en lo nuestro.

Pero ¡ojo! Para que esto ocurra, hace falta que la sociedad civil española, como lleva tiempo siendo así, esté tan ansiosa de ser mentida como las homónimas en los EEUU.

No sé cuanto mirará Trump por los auténticos intereses de su sociedad, al menos de los que le votaron. Pero no pondría la mano en el fuego porque mire por los de estos. Lo indudable es que no le importa mentir, lo más mínimo.

Entonces, ¿qué le diferencia al “amigo” Trump de sus equivalentes españoles: Iglesias, podemitas, cuperos?

Lo más importante, éste es de los montados –más que montado, lo siguiente–, en el Dólar, pero a años luz de los  forrados, al estilo español en Podemos: Espinar y Bescansa. Éste puede asar las vacas con billetes del Presidente Cleveland (1.000 dólares). Además domina los medios no menos que Iglesias, al que tampoco le cuesta poner una vela a la virgen y otra al diablo, pero con muchísimo más dinero, insisto.

Pero,… pero no está patrocinado por Davos, que hubiera preferido a otro republicano claramente más avenido a su círculo de influencia. Aunque no creo que los reunidos en este foro, le hagan asco a que les prepare y abone el camino, como de suyo hará. Ya que para los de Davos, con su globalización, cuanto peor, mejor.


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