El PSOE de Andalucía, no sólo nos roba, sino que se cachondea de nosotros.






Vamos a ver, cuando el Ministro Clavero Arévalo, lanzó su “café para todos” (años 1978-1980), implicó, en sucesivas explicaciones, la solidaridad entre regiones, entonces no todas Autonomías, aún. Pero esto , él mismo lo dijo, es a entender que esa solidaridad, necesaria no era un cheque ad infinitum, sino que las cantidades a transferir debería ser revisada cada pocos años, entendiendo que la buena gestión –deseable y esperable– de sus Gobiernos cerraría la amplia e incluso escandalosa horquilla de rentas entre CCAA, hasta un diferencial mínimo y aceptable.

¿Quiere esto decir que se llegaría al diferencial “0” y entonces dejaba de tener sentido tal solidaridad?

Esa debería ser la intención, aunque ni aún alcanzándola sería el fin de tales transferencias; siempre sujetas a desgracias y caprichos de la Naturaleza puntuales en cualquier Comunidad Autónoma, como lluvias torrenciales, terremotos y otras, resultando en un razonable, hoy por ti, mañana por mí.

Pero, infelices e ingenuos españoles, las gestiones de sus Gobiernos, no han sido, ni buenas y lo que es mucho peor, tampoco honestas, derivando en apropiación y expolio para ellos: político, sindicalistas y sus allegados.

Por experiencia propia, hablo de la tierra la que amo, pero de la que nada más lejos que me sienta orgulloso, Andalucía. Pero por lo comentado por terceros, en todas las gobernadas por PSOE cuecen las mismas habas y no digamos del resto gobernado por PP y otras por partidos claramente secesionistas a día de hoy.

Todos hemos visto como el dinero recibido de otras CCAA, incluso de fondos europeos, se han derivado –¿sin querer queriendo?– a fines más espurios y golfos que a los que iban destinados.

Tampoco podemos cerrar los ojos tras ver como los Gobiernos corrían a crear una administración paralela –aquí Andalucía no ha sido un mal alumno, ha sentado cátedra–, pero a salvo de rendir resultados al Tribunal de Cuentas. Así podían hacer y deshacer a su antojo para consolidar lo robado y/o entregado a empresas amigas que fichaban, en agradecimiento, a familiares de los políticos por encima de sus conocimientos y capacidades. Tal era la presunción de impunidad de estos parásitos y personajillos de opereta que si no se hacía bien el trabajo, por las incapacidades mencionadas,
ya se encargaría a terceros. Más facturas convenientemente engordadas.




¿Alguien hizo una estimación más o menos razonable sobre el tiempo que continuaría esta solidaridad?

¿Alguien ha tenido narices de exigir enmiendas en esta malas gestiones, deshonestas e insolidarias, para con el resto de españoles?

¿No parece muy extraño que no haya sido así, sin sonora denuncia alguna?

Claro que no debe ser así, si pensamos que las Comunidades que netamente aportaban dinero a esa solidaridad, también disponían de sus propios circuitos para el choriceo de nuestro patrimonio, y a ver si por una denuncia, más sonada de lo debido, nos vamos a pisar las mangueras entre bomberos.

Además las comunidades dominadas por la izquierda, son maestras en jugar con los agravios comparativos, los sentimientos primarios, la publicidad, la calle y el clientelismo, mucho más que la derecha, por definición, con un público menos popular, más “oligopolieros” y mayor capacidad de presión. Po ello las izquierdas, aprendieron muy pronto la eficacia del enfrentamiento; desde “insolidarios” hasta “nacionalistas” y “separatistas”, son las lindezas que rápidamente arrojaban contra él, cuando algún político levantaba la voz, sin argumentar correctamente su queja.

Porque la gente no se plantea por qué no da para más, para mucho más, el dinero, que solidariamente nos llega. Sino por qué no nos dan más dinero, "porque valerlo, yo lo valgo"


No hace mucho tuve que realizar mejoras en la casa familiar, y cuando exigía factura, hasta para eso estaba preparado cualquier trabajador, me la daban tras insistir, pero bajo el nombre de una empresa cuyo nombre sí me sonaba, mas desconociendo su procedencia real.

Parece como más tolerable permitir que nos roben los míos, siempre que ellos nos permitan nuestras propias chapuzas y mierdas.

Como pueden ver, esto viene a cuenta de lo dicho por Cristina Cifuentes y el arrebato de Susana Díaz. No voy a entrar en si seleccionó bien las palabras o estas, fueran las que fueran, iban a ser atacadas de igual manera, me temo que así sería. 


Lo que me parece del todo pueril, pero premeditado, es que desde El Plural se ponga en boca de Cifuentes, el facilón –se nota que es de izquierda el medio– “Andalucía nos roba”, primero porque es una gran mentira, ella no ha dicho eso, y porque, además, puede que haya algo de eso.

¡QUE GRAN PAÍS, SI AL QUE METIERA LA MANO EN LA CAJA COMÚN, DE TODOS LOS ESPAÑOLES, SE LE QUEMARAN HASTA LAS PESTAÑAS!

Si alguien se ofende por lo que aquí afirmo, piense que lejos de mí la intención de ofensa personal alguna, pero es como lo llevo viendo desde hace tiempo. Además, el que se pica, ajos come.





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