Si no la conociera, hasta me daría mucha pena.




Esta mañana en Onda Cero he oído la entrevista de Carlos Alsina a Rosa –"la Fantástica"– Díez. ¡Qué mal pagada ha sido! ¡Cuánta traición y abandono! Pobrecita mujer.

El problema es que la conozco, la conocemos, muy bien y le ha pasado lo que le tenía que pasar. Junto con sus inseparables, Carlos Martínez Gorriarán y Juan Luis Fabo, tanto montan, motan tanto– proyectaron un partido de mínimos –hablando en términos de afiliados y de democracia interna– dentro de un orden. Dentro de un orden, porque había que conseguir suficientes paganos de cuotas, compradores de Bonos, pegadores de carteles, llenar aforos en locales y calles, repartir folletos, cla para sus discursos "improvisados" y hacer funcionar el boca a boca.

La división de responsabilidades fue clara desde el principio:

Juan Luis Fabo se encargaba de mantener la draconiana estructura, en la que, salvo ellos, era más fácil reunirse con afiliados a otros partidos (PP, PSOE, BNG,...) que con tus propios comapañeros. Amenazantes e increíbles escritos eran emitidos por él, a cualquier grupo de afiliados que pensara reunirse para hablar, sin el control del aparato. Para que el engaño se prolongara era fundamental evitar la libre comunicación interna en el partido, y él se encargaba de esto con bastante eficacia pues, aunque finalemnte no pudo evitar que les creciéramos los enanos, al principio sólo lo hicimos los que estábamos muy cercanos a las tomas de decisiones, o físicamente compartíamos la sede, y descubrimos el pasteleo, pero por esa ausencia de comunicación libre entre afiliados, les resultó fácil, ante el desconocimiento total del resto de afiliados, presentarnos como intoxicadores, trepas practicantes del "quítate tú para ponerme yo" y repugnantes traidores.


Carlos Martínez Gorriarán, haciendo uso de su muy habitual entrar como un elefante en una cacharrería, es el responsable de "despellejar" y, con falaces "argumentos", desposeer de cualquier prestigio entre la afiliación a cualquiera que, no ya se plantara ante el ordeno y mando habitual en UPyD, sino que simplemente no se hubiera caído del guindo y pensara aún que las cosas se podían hacer de otra forma.

Rosa Díez, la que ponía la cara, "vendía" y hacía creíble, la falsa imagen de Regeneración; pero muy capaz de, tomándo el papel a Gorrirán, insultar y escupir mentiras sobre los "ajusticiables", siempre que los medios no estuvieran presentes. Acusó llamándoles batasunos a los que muy disconformes con la bulgarización –de Bulgaria– del partido, pretendieron presentar legítimamente oposición en el 1º Congreso.

Así que se montaron una "vendible mentira" regeneradora, un innovador y más que atractivo Manifiesto Fundacional, para el que contaron con la imprescindible aportación de Fernando Savater, y comenzaron a convencer a personajes con pretigio universitario y/o mediático, como Mikel Buesa, Albert Boadella, Álvaro Pombo, Fernando Iwasaki, Mario Vargas Llosa, entre otros.

Nos vendieron la trola de un partido participativo, anticasta y dispuesto a cambiar la forma de hacer política. Pero sus métodos iban a ser bien distintos de los que tál fin precisaba. Para ello se rodearon de una estructura que pretendiero que funcionara como una autética Guardia Pretoriana.

Aquellos elegidos que se mostraron algo críticos y no le rindieron la debida pleitesía, fueron rápidamente purgados usando los más peregrinos, falsos, antiestatutaros y antidemocráticos argumentos: Almudema Seimur, Luis Bouza-Brey, Gerardo Herández Les, Ildefonso Cejudo y un largo etcétera en el que me incluyo. Nada les detenía, ni Estatutos, ni Reglamentos –ambos eran adecuadamente modificados, o interpretados en su momento, ad hoc, a su conveniencia–, ni la verdad.

Para ello, precisaron que los que sí entendieron el "mensaje" actuaran como verdaderos sicarios: vigilaran, se "chivaran" y, llegado el caso, aportaran falsos testimonios para "vestir" adecuadamente los respectivos expedientes, que difícilmente se concluían. Recuerdo a uno de estos azote de "diferentes" y guardián de las esencias "UPyDianas", gallego él, al que me dirigía en algún foro, mofándome de su "inquisitivo" –de Santa Inquisición– como Fray Torqueimada. Posteriormente, a este cantamañanas, también "le llegó su San Martín".

Son esos sicarios, los que continuaron sentados a la diestra de "la madre", advertidos como estaban –por los vivido y por lo participado–, que sólo conservarían esa posición, si su sumisión y "soplonería" era absoluta.


Y claro, cuando te rodeas de sicarios, te expones a que a la primera que se les plantee una situación realmente dura, sus dagas vayan contra tu propio pecho. ¿Qué esperabas?

Otro señalado, hoy ferviente aplaudidor de la convergencias con Ciudadanos, Ignacio Prendes Prendes, en aquel nombrado 1º Congreso, no tuvo el pudor de callarse la boca. Todo lo contrario, dando muestra de hasta dónde puede llegar la indignidad del trepa/sicario, del que busca cargo, se refirió al ausente, pues había abandonado ya el partido, Mikel Buesa con el demoledor argumento de usar su aspecto físico para atacarle. Eso es lo que se llevará en el paquete Ciudadanos, si admiten la incorporción de personajes de tal calaña, a cambio de un puñado de votos, ¿o de un .

Un aviso a Ciudadanos, si estáis por "cooptar" a este individuo, por otro canal que no sea el consenso de los afiliados –lo cuál me temo–, poco trabajo os costará; encumbrar a este prenda de Prendes, esa es la "regeneradora" joya que os llevaréis. Salvo que me equivoque, y sea precíasamente "eso" lo que querráis fichar, "un sicario".


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