Mi Reino no es de este Mundo.



Me marché de SCD, cuando vi que poco podía hacer por reconducir –lo que interpreto como un auto-golpe de estado– que finalmente impuso Mario Conde. Aunque sin opción de triunfo, tengo bastante sentido común como para pensar que poca o ninguna posibilidad de triunfo podría tener, diciéndole NO a MC, nunca estuvo en mi intención confrontación alguna con él –que ya tiene posibles sucesores postulándose internamente–, pero estaba moralmente obligado a pelear por el proyecto –palabra reinventada por los nuevos paladines del líder– que nos habíamos dado una cantidad respetable de ciudadanos el pasado 6 de Octubre. 

Sí creo haber contribuido a clarificar las ideas, a que muchos tuvieran la oportunidad de sopesar otra opinión, claramente contraria a la aparatera y a que del contraste de las ideas, aquellos que no las tuvieran suficientemente claras desde el principio, se sintieran motivados a cuestionarse lo razonable del nuevo invento. El caso es que bastantes son los que finalmente nos hemos marchado a partir del pasado 9 de Marzo. Sobre ello, no voy a volver a incidir. Ya dije lo que tenía que decir. Y sólo volver a reconocer lo claro de los resultado de las votaciones.

Con lo que ahora, pasados sólo 5 días desde esa Asamblea, en la que tanto se nos vendió la "democracia básica" que para SCD suponía poder elegir al Presidente, incluyendo su final y apoteósico amago de dimisión, abandono, hartazgo, marcha –cualquiera es igual porque ninguna era cierta–, para concluir en una patética y posterior reflexión con el Comité Ejecutivo, resulta que una vez realizada esta "reflexión", la nueva propuesta de MC –que bien podría haberla expuesto en la pasada Asamblea, porque conociendo al personaje, la decisión ya estaba tomada, sólo faltaba la parafernalia–, es que él se aparta del mundanal trasiego diario dedicándose a la altísima política y al apostolado: "Mi Reino no es de esta Mundo", dejando el partido, su día a día, exclusivamente en manos de unas pocas personas de su confianza –¿sus apóstoles o una franquicia?–, pero ninguna refrendada por los afiliados, como si de mayorales o "encargaos del cortijo" contratados se tratara. Ese grupo reducido, supongo que parte del Comité Ejecutivo, entre los que estarán los ya conocidos por todos, asume, sin refrendo estatutario o de ninguna Asamblea, una función ejecutiva para la que exclusivamente está elegido el Presidente. Vamos, que tan sólo 5 días después, otra ocurrencia del líder –¿no sería más correcto hablar de caudillo?–, crea una nueva reforma estatutaria por la puerta de detrás, sin la aprobación de la afiliación. No sé para qué van a reunir al Consejo de Dirección, pues éste ya fue desposeído de cualquier fución representativa de esa Asamblea.

Soy de la opinión de que cada cual debe ser libre de hacer lo que quiera, incluso gritar "¡Vivan las caenas!". Que se pueden agrupar en una plataforma de la sociedad civil, en un partido en su más tradicional y trasnochado concepto o en la agrupción del Beaterío de Santa María Egipcíaca, corrupta y mártir, pero no me dirán Vds. que ésto no es una salida algo sainetera y bastante patética para lo que pretendía representar a la sociedad civil española.

Así que el líder de tournée dedicado a sus labores, haciendo su bolos por provincias y el cuadro de actores, algunos, afanándose en cuidar del gallinero, no se lo alborote nadie. Por supuesto que algún espabilado –pero algo pardillo–, no pierede la menor oportunidad de empeñar su palabrita del Niño Jesús, en que nunca será malo y que lo que diga el lider, será aquello que defenderán a capa y espada, desde el mismo momento en que para –de parir– la ocurrencia o decida cambiar de opinión, a ver si cuela y gusta en las alturas. ¡Qué tropa!

Si algo descubrí de anteriores experiencias, es que cada cual, tiene su tiempo para darse cuenta de la verdad y su alcance. Es muy difícil forzar estos tiempos. Unos, por haber estado más cerca de la toma de decisiones, tienen inmediato conocimiento de cuando cambia el viento y viene oliendo mal. Otros están prestos a detectar esos cambios para aplaudirlos hasta con las orejas, pero otros, sin mayor contacto con esas decisiones, tardan bastate tiempo en tomar conciencia de lo que en realidad suponían aquellos cambios. Finalmente hay otros, los más desnortados, que se entregan a la comodidad egoista de no tener que pensar, que lo confían todo a la voluntad y el capricho de su mesias de turno; en otras circunstancias, son los que precisan de Papá Estado, del Caudillo, o de cualquier otro que le garantice su "PER", su "ERE", su jubilación anticipada, etc.


Creanme, para este viaje no hacían falta esas alforjas.




 .

2 comentarios:

Anónimo | 21 de marzo de 2013, 12:04

Y el asador El Cacique ¿acaso no es de este mundo?

Y ¿cómo es que las enmiendas al primer borrador de Estatutos (refrendados en el Congreso Constituyente del 6-O) las preparara, en tiempo... y forma..., el Astigitano en una única madrugá? O, ¿acaso las vio antes que naide de los que sí cumplieron las reglas de juego democrático de las que ahora presume (y en Septiembre nos dejamos olvidadas en aquél "mes de abril" de Sabina?

Ay, ay, ay... Consejos de Dirección vendo que para mí no tenía cuando me regalaron por cooptación un puesto en el Comité Ejecutivo, que sin mí resulta que es un politburó de los de antes de Suresnes cuando El Guerra e Isidoro (sus ídolos de juventud y vecinos de Écija) vestían de pana pagada por el CESED.

Sin acritud, compare.

Juan Espino | 21 de marzo de 2013, 12:47

Como todos tus comentarios esté tan acertados como éste, vas de culo. Decir que Guerra o Isidoro eran vecinos de Écija, o hablar del asador el Cacique -¿…?–, o que las enmiendas del Congreso Constituyente, se prepararan en una madrugá, ... sólo te falta decir que Ávila tiene mar o que el Darro, pasa por Madrid.

¡Lumbreras, que eres un lumbreras! LOGSE, eso sí.