¡Lo vamos a hacer! (1)






Hemos llegado, tras años de hartazgo; de actuar como pollos descabezados; de ser engañados con falsas propuestas regeneradoras, en las que todo –absolutamente todo– se pintaba de color Rosa; de votar desesperadamente, con el desacierto que conlleva la desesperación, con tal de que desapareciera la última maldición bíblica con la que hemos sido castigados los españoles, por "pasar" tanto de política; de indignarnos al comprobar que, con ese voto desesperado, sólo hemos conseguido más de lo mismo; de haber aprendido de todos esos errores y horrores,... digo, hemos llegado a la hora "00:00" de una nueva y esperanzadora andadura.

Si al principio, éramos muy pocos los que preveíamos que el  camino que tomaban las cosas en alguno o en todos los temas relevantes de la vida nacional –fueran en economía, construcción y cohesión territorial, despilfarro de recursos, prostitución de nuestras leyes, corrupción política y social, etc.–, terminaría muy mal para la sociedad española.

Hoy somos millones, los que entendemos que esto no puede seguir por ese camino, y que se hace urgente un golpe de timón que permita encauzar, de nuevo, las aguas de nuestro futuro como sociedad y como Nación.


A lo largo del proceso descrito en el primer párrafo, bastantes españoles, hemos ido descubriendo el significado verdadero de muchos conceptos, como cohesión social, cohesión territorial, lealtad constitucional, regeneración política, ciudadanía, sociedad civil, corrupción política, partitocracia, clientelismo, nepotismo, amiguismo, memoria histórica, casta política, doble moral, etc. No es que antes no existieran, que existían casi todos ellos, sino que no golpeaban tan duramente en nuestras vidas como lo han venido haciendo, unos antes que otros, desde que los ya mayores, tenemos memoria.

Lo malo es que la casta política, en su búsqueda de argumentos para medrar y perpetuarse en el poder, y en la vida fácil, adormeciendo por más tiempo, a una sociedad, ya de por sí bastante complaciente con algunos de esos conceptos, también llegaron a ellos, procediendo a usarlos y pervertirlos, con tal de perseverar y enrocarse en sus privilegios, y evitar que se revolvieran contra sus bastardos intereses.


La cuestión es que esa abotargada sociedad civil, ha comenzado a despertarse, al sentir fuertes picores motivados por el daño causado por la casta política, tan severo que despertaría a Cenicienta sin necesidad de Príncipe alguno. 

Además, lo burdo del "yo no he sido" argumentado por los responsables del desastre, lejos de conseguir su objetivo, ha provocado que la ahora indignada sociedad civil, vuelva su mirada hacia los máximos culpables, identificándolos, sin error. Hemos tomado conciencia de lo catastrófico del desastre; el convencimiento de que de ellos, de los políticos, es imposible esperar la solución; de que somos muchos más de los que pensábamos; de nuestro verdadero poder y de que hemos de tomar la iniciativa.

Desde hace casi un año, primero desde la Asociación Sociedad Civil Española y ahora, muy a pesar nuestro pues es la única vía posible, desde el partido Sociedad Civil y Democracia, muchos ciudadanos hemos tomado esa iniciativa. Y…

¡Lo vamos a hacer!
(continuará)


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1 comentarios:

Anónimo | 2 de septiembre de 2012, 13:01

TOTALMENTE DE ACUERDO, MUY BIEN PLANTEADO EL TEMA QUE NOS OPRIME A MUCHOS ESPAÑOLES