Quien avisa, no es traidor. Que os lo estoy diciendo,...

Manifiesto que cientos de ex afiliados a la galera magenta enviamos con ocasion del aniversario del Congreso antidemocratico y estalinista del 2009, plenamente vigente.



Comunicado de los ex militantes de UPyD:

A un año vista del primer Congreso de Unión Progreso y Democracia, los ex afiliados reunidos en Madrid a fecha 20 de noviembre de 2010, nos reafirmamos en los postulados que nos movieron a abandonar la militancia en el partido y hoy queremos hacer público a la sociedad española lo siguiente:

  1. UPyD es un fraude político. Nació como un proyecto inicialmente renovador y de carácter regenerador, que hoy se ha convertido en un instrumento utilizado exclusivamente para servir a los intereses personales de su portavoz: Rosa Díez.
  2. La dirección de UPyD, desde la fundación del partido, ha ejercido la persecución del discrepante, ha amputado de manera intencionada todos los cauces de comunicación entre los afiliados y ha actuado de manera caudillista, imponiendo un férreo modelo de organización interno que no coincide con las propuestas regeneradoras que supuestamente se plantean a la sociedad española.
  3. En UPyD se practica un estilo de toma de decisiones basado en el autoritarismo y en la cooptación, lo que ha propiciado que muchos militantes de toda España hayan optado por arrojar la toalla y abandonar el partido. La formación se encuentra a día de hoy rota en toda España, habiendo perdido miles de militantes en una sangría que continúa hoy con nuevos expedientados.
  4. El colapso interno del partido tiene también su reflejo en sus propuestas políticas y programáticas, muchas de ellas coyunturales, como el apoyo a algunas causas con fines puramente electorales, y otras insólitas como el “federalismo cooperativo de intensidad media”. UPyD ha suprimido buena parte de sus principios liberales y transversales de su planteamiento político y se limita a reiterar algunas vagas generalidades que no sirven como solución a la grave situación política y económica que vivimos en España.
  5.  En el futuro electoral que se nos presenta creemos que es un ejercicio de responsabilidad poner de manifiesto que el voto a UPyD es el voto a un fraude político, que tras una envoltura y un discurso supuestamente atractivo para muchos, su interior es amargo y falso.
  6. El tratamiento sancionador dado a quienes defendieron la ponencia contraria al reglamento del Congreso aprobados en marzo del 2009, fue profundamente antidemocrático y contrario a las reglas vigentes tanto en el partido como en la legislación española.
  7. El resto de los militantes que nos adherimos y solidarizamos con ellos y presentamos posteriormente una candidatura alternativa a la oficial, avalada por Rosa Diez, fuimos laminados e insultados en dicho Congreso, el cual se celebró sin las mínimas garantías democráticas y lejos del clima abierto que cabría esperar de un partido que se presenta como regenerador de la democracia española.
  8. La preparación y el desarrollo del primer Congreso de UPyD mostró desde el primer momento que asistíamos a un golpe de mano dirigido por el triunvirato que encabeza Rosa Díez, y que en ningún caso se iba a permitir un modelo de partido distinto al previamente diseñado por ellos: una organización con escasos afiliados, despojados de cualquier capacidad democrática de decisión y exclusivamente al dictado de Carlos Martínez Gorriarán, Juan Luis Fabo y Rosa Díez.
  9. Nuestra dimisión y auto-exclusión en bloque tras el Congreso, la apertura de expedientes a la mayoría de miembros de la candidatura, incluido Valia Merino que la encabezó, vinieron a confirmar que UPyD se había transformado en otro partido y que buscaba otros objetivos completamente distintos de los fundacionales. En la actualidad UPyD apenas cuenta con una militancia exigua y menguante cuya capacidad de acción se encuentra cercenada por la dirección de la formación.
  10. A día de hoy han fracasado todos los intentos de construcción de una alternativa política regeneradora en España. Con rotundidad y con plena responsabilidad decimos que votar a UPyD es avalar una enorme mentira política.


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