¿Quién dijo educación gratuita?
Comienzo por dejar claro que no comparto la falacia de la gratuidad de las cosas, la educación entre ellas. ¡Nada es gratuito! Pues, de una forma o de otra, lo pagamos entre todos. tengo que reconocer que no puedo estar más de acuerdo con esta afirmación de Esperanza Aguirre:
Pero, vivimos en España, y conocida la calaña de la inmensa mayoría de aquellos que practican, desde la más alta política, hasta la más rastrera, casta a la que doña Esperanza pertenece, aunque con gran ahínco, trate de disimularlo, me veo en la obligación de lanzar un "PERO...".
La afirmación de Aguirre, es sólo una frase, un titular, y tras un titular tan corto, se pueden encerrar muy diferentes proyectos, además de dignas intenciones u otras no por inconfesables, menos evidentes. Añadiendo a esto, las formas poco éticas y aprioristicas usadas por doña Esperanza para desviar la atención de su objetivo, erradicar la enseñanza pública, atacando y tratando de desprestigiar a los profesores, primero asimilándolos a "vagos", con el resultado de radicalizarlos en su protesta por la torpe soberbia de la Presidenta. Cuando la respuesta obtenida a su incompetente actuación le señala el cambio de táctica, pide disculpas no sin introducir en el mismo acto su nueva falacia, "la huelga es política", espetando ahora que los profesores están manejados por los sindicatos. Nada más lejos de la realidad. Lo que si es cierto, es que la huelga nace como respuesta a una decisión "política", motivada por su "ideolofobia" contra lo público, y muy torpemente implementada por Aguirre.
Así que, para no llevarnos a equívocos, relato cuáles serían las líneas rojas para dicho acuerdo que se pueden resumir en que la frase del posible y, me consta que por parte de un gran número de profesores, deseado acuerdo: "Si la educación es obligatoria y gratuita en una fase, a lo mejor no tiene que serlo en las demás" añada "…siempre que las medidas a tomar no estén destinadas a desmontar la enseñanza pública y lo que ésta significa". Creo que no es pedir mucho. Puntualicemos:
Lo dicho, creo que no es pedir mucho, y, en mi opinión, todos ganaríamos con estas medidas y se ahorraría bastante con ellas, seguro que tan sobradamente como para volver a incorporar todos aquellos profesores necesarios, ni uno más, pero ninguno menos, para que se pueda atender a los desdobles imprescindibles.
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a lo mejor no tiene que serlo en todas"
Pero, vivimos en España, y conocida la calaña de la inmensa mayoría de aquellos que practican, desde la más alta política, hasta la más rastrera, casta a la que doña Esperanza pertenece, aunque con gran ahínco, trate de disimularlo, me veo en la obligación de lanzar un "PERO...".
La afirmación de Aguirre, es sólo una frase, un titular, y tras un titular tan corto, se pueden encerrar muy diferentes proyectos, además de dignas intenciones u otras no por inconfesables, menos evidentes. Añadiendo a esto, las formas poco éticas y aprioristicas usadas por doña Esperanza para desviar la atención de su objetivo, erradicar la enseñanza pública, atacando y tratando de desprestigiar a los profesores, primero asimilándolos a "vagos", con el resultado de radicalizarlos en su protesta por la torpe soberbia de la Presidenta. Cuando la respuesta obtenida a su incompetente actuación le señala el cambio de táctica, pide disculpas no sin introducir en el mismo acto su nueva falacia, "la huelga es política", espetando ahora que los profesores están manejados por los sindicatos. Nada más lejos de la realidad. Lo que si es cierto, es que la huelga nace como respuesta a una decisión "política", motivada por su "ideolofobia" contra lo público, y muy torpemente implementada por Aguirre.
Así que, para no llevarnos a equívocos, relato cuáles serían las líneas rojas para dicho acuerdo que se pueden resumir en que la frase del posible y, me consta que por parte de un gran número de profesores, deseado acuerdo: "Si la educación es obligatoria y gratuita en una fase, a lo mejor no tiene que serlo en las demás" añada "…siempre que las medidas a tomar no estén destinadas a desmontar la enseñanza pública y lo que ésta significa". Creo que no es pedir mucho. Puntualicemos:
- En un país con la natalidad por los suelos, es una grave irresponsabilidad poner trabas a la natalidad, salvo que –a los datos remito al lector– aceptemos la minimización social a medio plazo de nuestra cultura cristiano-occidental, presionada por otras más pujantes demográficamente. Este hecho no tiene que ser necesariamente perjudicial per se, pero sí debe ser contemplado y evaluado. Por ello las escuelas infantiles deben ser potenciadas al máximo así como minimizado su coste para las familias ya que dos personas trabajando, generan más ahorros, más impuestos, aunque se reduzca sus cuantías y, por tanto más empleo.
- Aparte de la consideración económico-social del punto anterior, la enseñanza de calidad en la escuela infantil, aporta bases sólidas y estímulo para la curiosidad y la inteligencia, convirtiéndose en un factor fundamental para la necesaria igualdad de oportunidades que, después, cada uno sabrá rentabilizar, o no.
- Hay que acabar con el concepto de enseñanza obligatoria como parking de problemas juveniles. La enseñanza de calidad no soporta, es imposible, a un grupo de alumnos, ya jóvenes, que no quieren estudiar y que se centran en romper cualquier ritmo educativo al resto de compañeros que sí quieren estudiar.
- Hay que rescatar, España la está pidiendo a gritos, una formación profesional dignificada y de calidad, como opción, buena opción, al ya obsoleto complejo de "titulitis familiar". Poniendo al servicio de que aquellos jóvenes que así lo deseen, o que no puedan seguir el ritmo de las exigencias académicas –que no deben ser las de la excelencia, para todos–, una serie de opciones profesionales, no necesariamente universitarias.
- Se deben habilitar cauces adecuados para que desde la formación profesional, se acceda a grados compatible en la Universidad.
- No es sostenible económicamente una Universidad Pública con alumnos que más que matricularse para formarse y aprender, se enquistan durante años en sus especialidades o van rebotando de unas a otras, convirtiéndose en una injusta carga económica para el resto de la sociedad.
- La situación económica familiar, nunca puede ser impedimento para que un buen alumno universitario quede fuera de una titulación superior.
- Deben contemplarse vías adecuadas para que puedan cursar estudios superiores alumnos que alternan el estudio con el trabajo.
Lo dicho, creo que no es pedir mucho, y, en mi opinión, todos ganaríamos con estas medidas y se ahorraría bastante con ellas, seguro que tan sobradamente como para volver a incorporar todos aquellos profesores necesarios, ni uno más, pero ninguno menos, para que se pueda atender a los desdobles imprescindibles.
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