Sobre el 1º Congreso de la Sociedad Civil (I)

Inicio una serie de entradas en las que plasmaré un personal análisis sobre
el 1º Congreso de la Sociedad Civil y de las circunstancias en las que surge, 
todo desde mi punto de vista.
 





Bueno, parece que estamos ante un nuevo intento de enderezar la marcha de España. Tengo que reconocer que es un inesperado intento, dado el estrepitoso fracaso obtenido por anteriores tentativas de cambiarla desde dentro del sistema –Ciudadanos y Unión Progreso y Democracia–, mostraron la inutilidad de tratar de hacerlo desde dentro del mismo. Los ciudadanos –y de ahí nuestra responsabilidad– hemos permitido la progresiva depravación de la política española durante tanto tiempo, que el nivel de prostitución alcanzado, difícilmente tiene vuelta atrás desde dentro. Es el propio y corrupto sistema el que, a quien no llegaba viciado por su larga militancia política, corrompía rápidamente al recien llegado. 

Sólo restaba una vía democrática para intentarlo, la presión externa, enfrentar a los políticos y a sus formaciones políticas con la perversión que supone el abandono de la razón de su existencia, el servicio a la sociedad, para desviarlo a perpetuarse en el ejercicio del poder y servirse de los ciudadanos y de sus recursos en beneficio propio. Para ello, sería necesaria la acción colectiva de multitud de ciudadanos, la propia sociedad civil o, almenos, una parte significativa, y lo más cualificada posible, de ella. 

El caso es que las formaciones empeñadas en este intento, son una pléyade de pequeñas o insignificantes –por su número de afiliados y su repercusión social– asociaciones, grupos, partidos, fundaciones, foros, que difícilmente puden obtener per se el mínimo, necesario y caro altavoz mediático, dada la notoria dependencia del periodismo actual. Algunos, habíamos protagonizado intentos de reagrupar a los innumerables regeneradores, pero lo único que conseguíamos era lanzar un sin fin de quizás acertados pero casi siempre pretenciosos, manifiestos que por su propio número y diáspora, perdían cualquier posible eficacia.

Es evidente que el análisis que realizo, sin ánimo de sentar cátedra, viene mediatizado por mi experiencia y mis propias convicciones, apesar de tratar de ser todo lo objetivo posible.

Es imprescindible asumir que para una parte de la sociedad, especialmente para la conservadora, cualquier solución estrictamente legal, y  pacífica, debe incluir la faceta blanda, "buenista" o "políticamente correcta", ignorando que  se le está pidiendo a la casta política que se pegue un tiro en el pie –ya que son ellos los únicos que pueden votar y cambiar las cosas–, acción que difícilmente estarán dispuestos a realizar, sin la "ayuda" de una presión considerable. 

Señalo que esa solución "buenista", reducida al voto cada cuatro años y ausente de cualquier presión popular, además de ser la única aceptable para los ya mencionados, es también la defendida desde la partitocracia y sus subvencionados medios voceros.

Resulta cuando menos patético, observar a ciudadanos, "opinadores" –me resisto a llamarles periodistas–, tertulianos, gente de "ley y orden de toda la vida", etc. que están todos los días criticando, atacando e insultando a los políticos de turno, y en cuanto surgen atisbos de hartazgo popular, no controlado por ellos o sus "señoritos", echan manos del papel de fumar y ¡Hala! a cogérsela con él. 

Se cae de continuo en la ingenuidad de, por una parte, pedir a gritos cambios radicales, mientras que por otra, a poca información que se disponga, tenemos que ser conscientes de que la casta política que padecemos, sea de un "credo" u otro, está centrada al 99% en servirse de los resortes del poder y en el "trapicheo" político, con tal de perpetuarse en él, importándole bastante poco la ciudadanía.

Pero ¿se puede ser más incongruentes?, exigir cambios sustanciales, confiando en que será esa casta política que debería inmolarse en sus privilegios, la que emprenda, motu proprio, sin más, las reformas necesarias. Es necesario disponer de la fe del converso, o la idiotez del monclovita, para pensar que se pueden hacer tortillas, sin cascar huevos.

Muy al contrario, hará falta presionar y estar dispuesto a apretar, poco a poco –pero sin desfallecer–, hasta que el mono cante,… que cantará, dentro de los límites estrictamente democráticos. 

Observemos que simplemente unos miles de inconexos, pero indignados jóvenes, y no tan jóvenes, se hayan echado a la calle, unos con peticiones de sentido común, otros pidiendo la Luna, la gran mayoría de forma pacífica –reconozcamos que los violentos únicamente han llegado hasta donde los socialistas delegados del gobierno se lo han permitido–, han conseguido en poco tiempo que comience la obscena subasta del "¡yo los vi primero!" entre grandes y pequeños partidos tratando de ganarse sus votos,… Y lo que nos queda por ver desde aquí, hasta las elecciones.

Y aquí es donde comienza su gran utilidad el 1º Congreso de la Sociedad Civil:
  1. Como punto de encuentro de todos aquellos, desencantados de la partitocracia, coincidentes en que esta situación tiene que cambiar y dispuestos a forzar que así sea.
  2. Como lugar en el que muy diferentes sensibilidades puedan ponerse de acuerdo en aquello trascendente para el cambio necesario y en la forma de pedirlo.
  3. Como paso democráticamente necesario, las formas también son importantes, para que la casta política tome conciencia de nuestro número, de la seriedad y determinación de nuestras exigencias.
  4. Como punto de partida del sistema de coordinación que estimemos oportuno darnos para continuar  contactados en el seguimiento de nuestras peticiones y, como parece que será inevitable, para diseñar y coordinar los siguientes pasos a dar para escalar progresivamente en la presión legítima sobre los políticos. ¡Hasta que canten! ¡Hasta que canten!
Para ver si sintonizamos, sería bueno reconsiderar algunas "verdades" que se han encargado de poner en nuestras mentes, como el concepto de "antisistema". Dicho así, hasta puede que nos repela por los condicionantes que nos han imbuido, pero reconsideremos la situación, ¿qué español con dos dedos de sentido común, no declararía tajantemente "yo soy anti este sistema", el que permite que los partidos se sirvan de nosotros, en vez de estar a nuestro servicio? ¿Que permite que el gobierno de España, esté plagado de personas sin la cualificación suficiente y –lo peor– hayan dado muestras más que suficientes de ello?

Otro tanto ocurre con la palabra "indignado". Seamos sinceros, poco le puede interesar la preparación, el desarrollo y las conclusiones de este Congreso a quién no esté "indignadísimo" por la situación actual de España.

Para poder acudir al Congreso se puede hacer uso del enlace que figura el la columna derecha de este blog, cosa que invito a hacer a todo los interesados en que la situación cambie definitivamente.

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12 comentarios:

Hilarión | 10 de agosto de 2011, 12:25

Buenas.

Me congratulo de que alguien más vea que la solución pasa por los propios políticos y que estos, obviamente, no se van a suicidar (políticamente). Eso lo hicieron las últimas cortes franquistas y a día de hoy sigo sin tener claro como fue posible.

Así que efectivamente la cosa pasa por la presión externa y para que tenga algún efecto sería necesario algo de presencia en los medios. El como llegar a ellos ya es otra guerra, pero lo veo imprescindible. Desde luego que no acampando en Sol, pues yo no comparto la visión angelical del anfitrión del blog por lo del 15-M.

Saludos.

Juan Espino | 10 de agosto de 2011, 18:05

Me alegra que coincidamos, aunque no sea al 100%, ¡qué le vamos a hacer! No todos pueden alcanzar mi grado de perfección. :-P

viejecita | 10 de agosto de 2011, 18:25

Pues yo sí que creo que si lo hicieron a la muerte de Franco, con todo " atado y bien atado", lo pueden hacer de nuevo ahora, a pesar de que el gobierno actual , su partido, y sus afines, pretendan dejarlo todo "atado y bien atado" de nuevo.

¡Ilusa que es una!

AGA | 10 de agosto de 2011, 18:48

Somos muchos los que pensamos que se debe hacer algo.
Que ese algo sea por cauces y vías democráticas y legales.
Esto en principio podría ser un contra sentido, pues, ¿Cómo es posible que los actuales detentadores del poder de la ciudadanía promuevan cauces y reformas legales para reducir restringir, eliminar su poder y dar protagonismo a ciudadanos que actualmente son personas normales (como tu y como yo) sin relevancia ni protagonismo?
Es difícil, pero la dificultad no genera imposibilidad.
Toda planta empieza con un germen, y este ya esta plantado, profundamente en muchos lugares y muchas personas.
Hay un sentimiento generalizado de asqueo y de indignación hacia los políticos en general y "su clase" en particular.
Sentimiento que no es propiedad de ningún movimiento (15M), sino de los ciudadanos que sienten ese malestar, y la necesidad de hacer algo, cada uno en la medida de sus posibilidades, puesto que la situación lo requiere.
Este sentimiento, compartido, como dije por muchos, no comparten la atribución interesada de movimeintos que se lo han atribuido, ni de sus planteamientos y de sus acciones protestatarias.
Es clara la repercusión mediatica que han tenido sus acampadas, su éxito es innegable, pero después del inicio la continuidad de las acampadas han sido perjudiciales para los ciudadanos que las han soportado.
Esperemos que este barco que empieza la travesía llege a buen puerto.
AGA

Juan Espino | 10 de agosto de 2011, 21:53

Hilarión, mi visión de 15M, sobre todo desde el momento en que se apoderaron de él, los flautaborroka, no es angelical. Sólo constato –porque los hechos están ahí– que como consecuencia de ese 15M, todos los partidos muestran que son tan indignados como ellos. Hasta Esperanza Aguirre, frontamente opuesta a ellos desde el principio, sin reconocerles influencia alguna, ha recalcado planteamientos cercanos al 15M, que bien podía haber "vendido" duranten la reciente campaña, y no lo hizo.

Juan Espino | 10 de agosto de 2011, 22:01

Sí, opino como tú,viejecita, todo es cuestión de ejercer presión in crescendo hasta alcanzar la máxima permitida por nuestra legalidad: que la Ley no permite manifestarse a menos de 500 metros del Congreso, pues vayamos con la cinta métrica y ni un centímetro más; que la figura del cobrador del frac es legal usemos a "Korruptator" ante las sedes de los más merecedores del acoso; a "Nepotín" en cada acto público al que acuda Chaves; al "Faisán Dorado para Rubalcaba, a "La Hermandad de los Limosneros" para los nacionalistas, etc.

Juan Espino | 10 de agosto de 2011, 22:09

Ángel, en el asunto hay que ser cuidadoso, y jugar al límite, llegando a una presión que les resulte incómoda, sea al colectivo o al individuo.

En Islandia no hubo violencia alguna. Cierto que la ética civil y política debe estar a años luz de la española, pero para saber que no funciona, primero hay que intentarlo y hacerlo bien.

Hilarión | 11 de agosto de 2011, 10:48

Mi perfecto anfitrión :-P :

Me gustaría saber si para la banda indignada (mi discrepancia es que estaban perfectamente organizados y liderados desde el principio) el concepto 'listas abiertas' es el mismo que para el resto, porque a estas alturas aun no sé que querían decir con muchas cosas. Intuyo que por 'participación' quieren decir asambleismo. 'Trasparencia' no sé de qué va; es como reclamar 'honradez' al político. Eso se supone y si no la legislación vigente. Y así sucesivamente. ¿Qué querían decir con listas abiertas?

Pero esta es una discusión añeja ya y el tema es otro. No conviene fijarse mucho en Islandia, aunque a muchos (nos) ponga los dientes largos. Es un país de poco más de 300.000 habitantes, o sea poco más o menos como Carabanchel o Vallecas, y en esas condiciones es mucho más fácil hacer cosas que con 40.000.000. O incluso con menos: no ha pasado nada parecido en Irlanda, o Portugal, o Grecia a pesar que han llegado a una situación parecida a Islandia después de errores gubernamentales y financieros muy similares. A lo más que han llegado ha sido al motín callejero en Grecia, pero sin el objetivo claro a la vista de pedir responsabilidades penales a sus políticos, los Papandreus y Karamanlis de toda la vida.

Y me surge una preocupación con esto de llevar a los políticos salientes a los tribunales si han hecho una muy gorda, y es que esto es España, y aquí desde los tiempos de la Restauración, quitando el paréntesis de la dictadura, no ha habido un relevo de partido gobernante tranquilo y sin traumas. Siempre han sido rodeados de convulsiones más o menos fuertes y en esas condiciones y echando la vista atrás me apuesto un chupa-chup a que aquí desde Suarez a Zp todos hubiesen tenido que pasar por el banquillo, por motivos reales, imaginarios, chorrescos, importantes. Hubiese dado lo mismo: siempre hubiese aparecido un individuo o un grupo ad-hoc que se hubiese querellado y un país tampoco aguanta que que tras abandonar el gobierno, todos los presidentes, como trámite obligado, tengan que pasar por el banquillo.

Así que hasta que no me aclare con estas cosas, no sé si lo de Islandia sería factible, ni recomendable, aquí.

Antonio | 11 de agosto de 2011, 12:40

Je,je,je. Hay que ver algunos que condescendientes son con los poderosos que se arrogan la potestad de decidir sobre la hacienda, el futuro y la vida de los demas.

Esa es la mentalidad del españolito de a pie: "Si eres poderoso, tú dame por culo que yo trago". Con esa mentalidad, así nos va.

Juan Espino | 12 de agosto de 2011, 20:44

Hilarión, no les he preguntado que entienden por listas abiertas, pero es un tema tan hablado, que supongo que entenderán lo mismo que nosotros. Se me escapa qué cosa tan distinta pudieran entender ¿que al estar abiertas, se pueden meter ellos?

Respecto a la gran diferencia de tamaño entre Islandia y España, comprendo tu argumento. Lo que ocuree, es que estoy seguro de que, si hace cinco o seis años, alguien hubiera dicho que iban a juzgar al presidente de Islandia, muy pocos le creería, y ha pasado. Así que difícil,... muy difícil. ¿Imposible? Aún no lo ha intentado nadie y hasta entóces, nada hay seguro.

Comparto que sería muy preocupante que la mayoría de la casta política tuviera que pasar por la cárcel. Pero ahí soy btajante, La ley es la ley y hay que aplicarla, la incumpla Agamenón o su porquero.

Juan Espino | 12 de agosto de 2011, 20:44
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Hilarión | 13 de agosto de 2011, 9:54

Quizá sea esta mi última respuesta en un blog y te ha tocado a ti, Juan. Es que estoy hasta el moño, y eso que tengo poco pelo, tú lo sabes, de estar rodeado de fanáticos, paranoicos, viscerales, malcriados, irrespetuosos, maleducados y víctimas de la LOGSE varios, y voy a retirarme una temporada a ver si se me pasa. Puede que no.

Lo de las listas abiertas era una pregunta retórica, pues evidentemente ellos dicen 'libertad' y 'democracia' y están pensando en una cosa muy diferente a nosotros. Lo de las listas abiertas se ha repetido tanto, que a mucha gente le suena a bálsamo de Fierabrás sin tener pajolera idea de qué quiere decir.

En cuanto al pase de gobernantes por el banquillo, me es difícil explicar mi postura. Estoy de acuerdo en que el que delinque sea juzgado, pero es que, insisto, esto es España y aquí cualquier político que no hace lo que nosotros queremos es un delincuente. Oigo mucho estos días decir alegremente que Zapatero tendría que ir a la cárcel ¿Por qué? ¿Ha robado, ha prevaricado? Si es así al banquillo, pero creo que hasta ahora lo más que se puede probar es que ha sido un incompetente y la incompetencia no está tipificada en el código penal. Si preguntas a cualquier socialista al pie de la letra, dirá que Aznar, e incluso Suarez y Calvo Sotelo, deberían estar encerrados de por vida. ¿Motivos? Déjales un rato que te encontrarán quincocientos cargos, probablemente de tipo 'nebuloso' pero lo encontrarán. En este contexto, en un país en que, sin saber como, hemos vuelto a las trincheras mucho me temo que ocurriría lo que te decía: los unos juzgarían siempre a los otros y viceversa. Así que cualquier presidente de gobierno sabría de antemano que sería salir de la Moncloa y sentarse en el banquillo y quien sabe si en la celda de Alcalá-Meco, pues teniendo la judicatura que tenemos, cualquier juez bizcochable, sensible a quien esté en el poder en ese momento, no dudaría entrullarle. Y un país no puede funcionar así, de ahí que diga que el modelo islandés hay que tomarlo con mucho tiento. Además no sé si a los políticos islandeses les juzgan solo por acciones de gobierno o por algún delito tipificado en las leyes de su país.

Saludos y hasta la vista.