Luego diréis que somos cinco o seis

Luego diréis que somos cinco o seis

Reseña de la concentración de Gatos Lunáticos, habida ayer 20N de 2010, en el
Restaurante La Estación de los Porches, sito en la ciudad de Madrid, aunque para
algunos –poco avezados en la orientación– como si estuviera en Kuala-Lumpur.

Ayer tuvo lugar una reunión de antiguos "camaradas", la palabra más apropiada ya que, según "faros de la progresía", somos la derecha extrema).

Creo que en ocasiones como estas, para quedar bien tenemos que dar las gracias muy efusivamente a todo el mundo. Sin embargo, para este que suscribe, y justo en este caso, es inexcusable alegrarme por la gran asistencia a la convocatoria y por saber que otros muchos lamentaron no poder acudir, en resumen: los famosos cinco o seis. Fue todo un placer, quizás no con tanto gustirrinín orgásmico como parece que tendría si votara a Montilla, pero os aseguro que realmente disfruté como un Gorriarán en un charco, ya que, además de razones más nobles, la gran presencia obtenida, me dejó meridianamente claro que, aunque por poco tiempo, no fui el único tan gilipollas como para dejarse engañar por el Trío Calavera.

Como tengo fama de inconformista, vehemente, jacobino, tocapelotas y negativo –o sea que en política no me votarían ni para encabezar las listas del paro–, hoy voy a tratar de ser positivo para lo que afirmo que la mayor de mis razones para alegrarme del éxito de la convocatoria, es saber que no estuve sólo al creer en un sencillo, pero a la vez gran proyecto para España. Y que, tras comprobar la traición de los traidores –"Tonto es el que hace tonterías" (Forrest Gump, Prof.de Estética en la UPV)–, la de los que nos convocaron y aceptamos que lo dirigieran, continúo sin ser el único que cree que ese proyecto. No sólo era bueno y merecía la pena, sino que sigue siendo cada vez más necesario y urgente para muchos.

Y en ello estoy. Por convicción, por voluntad y porque esto me ayuda a alejar la entrada en esa inclemente etapa de la vida, en la que los recuerdos reemplazan a las esperanzas. No sé si surgirá una nueva ocasión de reunir voluntades en torno a un proyecto similar. Pero si llega, sé que ahí estaremos la gran mayoría de nosotros. Mientras tanto, nos quedan los cocidos.

Algunos de los "famosos" 5 ó 6 Gatos Lunáticos" dando cuenta de un
suculento menú, un extraordinario Cocido Madrileño,
en el que no figuraban ni ancas de rana, ni de sapo marciano

Quiero dar las gracias especialmente a Carlos Estévez, José Mª Aldea, Jorge Hernández, María Outeriño y a todos los que habéis estado trabajando para que este encuentro fuera posible.

Mi afecto para los amigos de Murcia de los que tantos asistieron, Juanjo, José Miguel, Rubén, y otros, de entre los que por mi gran afecto y admiración a un hombre bueno (en el sentido más machadiano de la palabra), como Miguel Baños y su compañera, Carmen.

Entre los ausentes, sé de varios de ellos que no han venido porque enfermedades propias y de muy cercanos, les han tenido alejados físicamente de nosotros –nunca en espíritu y afecto que es lo que cuenta–, como Iria, Pilar Jáuregui, Juan Artero, Álvaro Vázquez Dodero y Manuel Redondo. Seguro que me olvido de algunos otros, diculpadme.

Foto de la Gran Traca final con la pancarta que tan generosamente aportaron los compañeros murcianos.
Por cierto, saludad al otro Forrest Gump, el de la Universidad de Murcia. Curioso que siendo su
especialidad la Filosofía del Lenguaje y de que no llegó ayer a La Huerta, haya reconocido que hasta
hace unos días, no había tenido noticia de la expresión "tonto ideoso", para los que él sería el prototipo.
Toda una demostración de amor e interés por la Cultura de la Región que le da de comer.

Puede que alguien se pregunte quién soy yo para agradecer, recordar, etc.; como si yo hubiera tenido algo que ver en la organización del acto. Pues también pediré disculpas si así lo he transmitido. En mi descarga tengo que argumentar que, durante la gestación y al principio del hoy PUDrYdero, compartí bastante tiempo con Rosa y su profeta por lo que es más que probable que algo de soberbia se me habrá pegado.

No quiero concluir sin rendir mi tributo y agradecimiento a la persona que más ha contribuido a que, lo que en principio iba a ser una reunión entre amigos que tuvimos como punto de encuentro un proyecto aún pendiente, como la famosa Revolución, se haya convertido en un fenómeno mediático acogido tan profusamente por prensa escrita, prensa digital y televisiones:

¡¡Gracias, Carlos Martínez Gorriarán!!

Sin la inmerecida atención que tan generosamente nos dedicaste en tu famosísssimo blog y en tus plañideras declaraciones a algunos medios –"¿Por qué no se olvidan de nosotros?"–, nuestro Cocidito Madrileño, no hubiera estado tan publictado. No te quepa la menor duda.

No sé si a fuerzas de impulsar tantos expedientes, has comenzado a comprender las razones, muy variadas, de tanto herejes –lo dudo–, pero como de bien nacidos es ser agradecido –y yo lo soy– permíteme agradecértelo con un consejo, llévate la maquinilla de afeitar, el pijama, el cepillo de dientes, el peine, las pantuflas, el pijama y tu osito de peluche a tu despacho en la sede de Cedaceros porque corres gran riesgo de que uno de estos días, cuando trates de entrar, te encuentres a la puerta una caja de cartón con tus cosas y un fax del Ministerio de Educación, con el consabido "Por la presente, ..."

¿Que no? Qué harías tú, en tu propio lugar, si habéis llegado a expedientar a gente por mucho menos (amigos de "Feisbus", ser padre de chica mal vista, olerte el aliento, etc.) y hasta por un argumento tan grotesco, patético y descojonante como la "falta de entusiasmo", digno de tribunal de "checa guerracivilista", se ha abierto expediente de expulsión. Cómo piensas que tus bien aleccionados Expedientator Fabo, Torqueimada Iracundo y, no te olvides, Soberbia Levitadora, van a agradecerte los servicios prestados a los componentes de la tan odiada Extrema. Así, a secas, porque como tan pronto decís que somos batasunos (extrema izquierda), como extrema derecha, lo podremos dejar en el extremo centro.

¡Ah! ¿Que tú no eres menos que la Levitadora? ¿Que también estás por encima de las normas que decís son "iguales para todos"? ¿Qué algunos son más "todos" que otros? ¡Leches! ¿Donde escribió eso en los Estatutos el letrado Prendes?.

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