La Roja

Quede claro que no soy un forofo del fútbol, prefiero por lo general un partido de baloncesto o de tenis. Pero finales, europeos y munidales suelo verlos, siempre que no sea Coskuyurro-Fasso contra Islas Volcánicas del Pacífico Sur. Pero hay situaciones de las que no me puedo sustraer cuando parece algo evidente que, en el fondo –subliminalmente o no–, encierran una manipulación, o así me lo parece. Ya creo muy poco en las casualidades.

No sé si es fruto de la "normalización políticamente correcta" o de la gilipollez cretinácea imperante en gran parte de la sociedad española –ya me dirán cómo, si no, continúa en el desgobierno de España un iluminado irresponsable como Zapatero– pero, me temo que, los de la ceja, miembros y miembras, nos la han vuelto a colar.


No hay telediario, programa informativo, de deporte, sobre radio, prensa escrita o digital, televisión, etc. en el que no nos hayan "trileado" una vez más nuestro lenguaje y han acabado por imponernos "la Roja" por lo que no debería ser otra cosa que "la Española", "la Selección Española" o todo lo más, "la Rojigualda" que tan mal no suena.

En realidad, lo primero que me vino a la cabeza cuando distraídamente oyendo la radio, oí decir "la Roja", fue a Dolores Ibárruri "la Pasionaria" o "la Roja", quizás porque poco antes hablaban del Frente Popular durante la Guerra Civil. Tengo que reconocer que la primicia de comentar esto en público no la tengo yo, pues ayer en Onda Cero alguien realizó un comentario similar.



También pensé en que si todo esto no sería, fruto de mis propias paranoias y que comienzo a sentirme agredido, hasta por la mirada más risueña del mundo. Así que ni corto ni perezoso, llamé a un viejo amigo, periodista versado en el mundo de los deportes y le solicité mayor información.

Al parecer, llamar "la Roja" a nuestra selección de fútbol, surge en el entorno SER - Cuatro, incorporándose inmediatamente la Sexta y posteriormente las demás emisoras y cadenas televisivas se dejaron arrastrar por la moda colada –pero no como la piña, sino por otro sitio– por esos "pioneros de la progresía".


Sabedor de que siempre la izquierda ha sabido ganar la batalla de los medios, la publicidad y las consignas, y añadiéndole a esto la más razonable de las sospechas sobre las "intencionalidades" de los progenitores de la idea, la certeza de que "la Roja" forma parte de una conspiración más, en el país de las conspiraciones, para evitar decir "la Española". No me siento paranoico por decirlo. Qué se me puede echar en cara en esta querida y vapuleada España, en la que aún nos sobran las razones para preguntarnos, y en asuntos muchos más graves:

¿Qué explotó en los cercanías?

¿En qué cajón guarda Garzón el sumario del Faisán?, etc.

Estoy totalmente seguro de que en los medios citados y en instancias del Gobierno, sindicales, okupas, antisistemas, oeneges politizadas, titireteras, etc. les jode un montón, de lo cual me alegro, imágenes como esta:


Porque inevitablemente arrastran otras imágenes como esta, aunque sean tristemente efímeras:


Y me consta que ellos preferirían esta, ... si pudieran:



¿Exageración? Nada, monada. Para comenzar, en el próximo Mundial de Sudáfrica parece que desaparece de la equipación el pantalón negro –color fascistas donde los haya– para volver a implantar el azul, color, aunque usado en la época franquista –contra Franco vivíamos mejor–, que nos acerca más a la añorada 2ª República.

A poco que nos descuidemos el color del pantalón será claramente el morado. Y de ahí a que algunos gurús de los medios progres comience a llamar a la selección "la Repu", ... muy poco.



Así que para mí, e invito a los demás a reivindicarla, nada de "la Roja", seguirá siendo "la Española". Además, recordémoslo "Es una aceituna como ninguna y está rellena de rica anchoa".



.

3 comentarios:

Javier | 29 de mayo de 2010, 5:08

Esta noche la he dedicado frente al ordenador leyendo blogs y artículos políticos en Internet. El suyo lo tengo en la lista de los "interesantes", pues desde mi punto de vista lo es y lo leo cuando puedo. También soy admirador de su estilo.

Sin embargo, me he quedado bastante preocupado esta noche. En numerosos comentarios a artículos de blogs, respuestas en foros, y los propios artículos como este último suyo, se nota una clara confrontación entre "un bando y otro". Con la que está cayendo, que dediquemos el tiempo y el esfuerzo en convencernos de que la culpa las tienen "los otros", lo veo, como menos, respuesta a la situación social, política y económica de este país.

Supongo que para unos será un desahogo el escribir y para otros será un consuelo. Por que yo, sinceramente, creo que poco aportan a la sociedad reflexiones como esta.

Como no puede ser de otra manera, respeto su artículo, cada uno es libre de expresar lo que quiera (en el marco del respeto), para eso está la libertad de expresión y las herramientas que nos lo permiten. Yo expreso mi asombro, nada más.

Le felicito por su blog. Un saludo.

PD: Buenísima foto la de Torres.

Juan Espino | 2 de junio de 2010, 12:53

Para comenzar, Javier, le pido disculpas por la tardanza en contestar. Créame que la trasnochada clasificación de izquierdas/derechas, le aseguro que provengo de la primera y si algo me hace sentir vergüenza ajena por sus actuales planteamientos, es ese sectarismo que les lleva a negar cualquier acierto por el mero hecho de venir de "su enemigo" –en el que yo, por mi convicción democrática, antes que socialista o liebral, veo simplemente a un adversario–, a tomar medidas "populistamente sociales" que finalmente resultan ser lo más antisocial que se podría haber hecho y, cuando este resulatdo es totalmente evidente, antes que reconocer el error y rectificar, se le echa la culpa a circunstancias externas. Lo siento pero Zapatero y el "zapaterismo" lo considero, por encima de un error del publo español –que también–, una maldición bíblica.

Soy de los que pensé que con la constitución y leyes posteriores,habíamos sellado un pacto, no para olvidar pero sí para cerrar un "guerracivilismo" recalcitrante y minoritiario que el zapaterismo se ha encargado de reavivar y extender.

Comenzó el asunto cuando muchos amigos me comentaban que "la derecha se está apropiando de la bandera española"; a lo que yo les contestaba "nadie se apropia de lo que tú no abandonas".

Esa es mi forma de pensar, soy, al parecer, un atípico proveniente de la izquierda –hoy ya me niego a hablar en términos de derechas/izquierdas– que no se corta en sentirse representado por nuestros símbolos e incluso a lucirlos en mi vestuario.

Créame, cuando desde otras sensibilidades, se empeñen en iponernos denominaciones con "la Nazional" o "la Azul", lo denunciaré igualmente. Pero de momento este tipo de actuación nos llega desde los que se empeñan en marcar diferencias, en vez de sentirnos "un todo, diverso, pero todo".

Quizás arrastrando las consecuencias de esa clasificación hoy caduca –"nostros somos mejores"–, cuando veo aflorar estas innecesarias confrontaciones, me duelen más si los que entiendo que actúan injustamente, son, digamos, de "los míos" que de "los otros".

Un cordial saludo y espero verle más por aquí y participando.

Javier Almansa | 6 de junio de 2010, 13:15

Estimado Juan, gracias por su respuesta.

Leyendo su reflexión pienso que me dará la razón si afirmo que "la democracia española es inmadura porque los españoles somos inmaduros democrátiamente". Soy consciente de la gran equivocación que tiene, en general, el sentir del español cuando se habla de "viva españa", o se ondea la bandera nacional, etc. España es el marco de actuación, el terreno de juego, los jugadores son independientes de la bandera y del himno nacional. Lo que sí es verdad es que "los de derechas" suelen tener más amor por lo propio que los que dcen ser de izquierdas, pero no es una implicación exacta.

El mismo error lo podemos encontrar cuando uno (yo mismo) habla sobre una hipotética tercera república con alguna(s) persona(s). ¡ te tachan de "rojo", "izquierdoso" o cualquier cosa menos español! Hasta ahí llega la ignorancia del especímen "españolito".

Yo creo que la guerra civil ha hecho demasiado daño, no solo a España como país, a su historia, si no a la mente de muchas personas esclavizándolas ideológicamente y no encerrándolas en una sala donde si las cosas no son blancas, son negras.

¡¡Cuánta educación hace falta en este país, Juan!!

Un saludo