¿Todos iguales ante la Ley, o unos más iguales que otros?

Para que a nadie se le ocurra acusarme de intentar engañarle, dejaré claras una serie de cosas, desde el principio, no creo en las altas miras que muchos le suponen a Baltazar Garzón, ni en que sea la JUSTICIA, así con mayúsculas, la que siempre dirija sus actuaciones. Por similares motivos, pero esta vez basados en sus propias actuaciones que han estado ahí, para que todos las podamos observar, se puede afirmar que sus aptitudes y capacidades para la instrucción, su función como juez de la Audiencia Nacional, dejan mucho que desear. Lo reconozco, aunque he aplaudido algunas de sus actuaciones y no precisamente de hace mucho tiempo, no es una persona que goce de mis simpatías pues creo que le puede su gran soberbia, pero tampoco le deseo que se le condene por falsedades. Simplemente, pido que tenga el mismo trato que recibiría cualquier ciudadano. A ser posible, algo mejor que el que él ha dispensado a algunos y determinados ciudadanos.

Dicho lo anterior, igualmente afirmo que, aunque pueda parecer un contrasentido, no es de Baltazar Garzón de lo que se trata. No es una batalla contra o a favor de este señor la razón del enfrentamiento. Él sólo es el pretexto. En mi opinión, se trata de DEMOCRACIA, esta también escrita con mayúsculas. Veamos los hechos:
  • Por una parte, tenemos a un juez, el mencionado Baltazar Garzón, muy popular, bastante polémico y que ha dado muestras de su muy personal interés por la política que, recordemos, no hace tanto era atacado por gran parte de los que hoy pretenden subirles a los altares. Sobre este ciudadano, además de juez, se han interpuesto tres querellas, a saber:
    • Según el juez instructor, Luciano Varela, por ignorar a sabiendas la vigencia de la Ley de Amnistía, aprobada –pese a los argumentado por muchos de los actuales defensores de Garzón–, por un Parlamento preconstitucional pero totalmente democrático con la inclusión del PCE y otros partidos previamente legalizados.
    • Según otro juez instructor, Manuel Marchena, por la posible relación del pago de unos 300.000,00 $ del Banco de Santander a la Universidad de Nueva York por unos coloquios en los que intervino Garzón, con el rechazo por el propio Garzón, a su regreso a España, de una querella interpuesta contra el Banco y sus directivos, Emilio Botín incluido.
    • Finalmente, otro magistrado instructor, José Manuel Maza, ha estimado procedente dar curso a otra querella por posible prevaricación al ordenar la escucha de las conversaciones entre los imputados en el caso Gürtel con sus abogados. Razón por la que el decano de Colegio de Abogados de Madrid, ha impugnado ante el TS, dichas grabaciones y ha solicitado su personación del Colegio en la querella.
  • De otra parte los querellantes, en el primer caso: el sindicato de funcionarios Manos Limpias, la asociación Libertad e Identidad y Falange Española de las JONS. En el segundo caso, Antonio Panea y José Luis Mazón. Finalmente, Ignacio Peláez, exfiscal de la Audiencia Nacional y actual abogado de uno de los implicados en la trama Gürtel, el constructor José Luis Ulibarri, es el autor de la tercera querella presentada.
  • Por supuesto el propio Tribunal Supremo que será quien deberá estimar la inocencia o culpabilidad del Sr. Garzón que, como decía anteriormente, es el verdadero asunto de este circo.
  • Aunque desde diferentes posiciones llevan tiempo presionando al TS al respecto, los que han entrado en el circo como elefante en cacharrería o para hablar, quizás,con más propiedad, como bolcheviques en el Palacio de Invierno, espectáculo bochornoso al que hemos asistido en estos últimos días, autentico asalto repleto, no ya de presiones, sino de acusaciones e insultos vergonzantes, son los autodenominados como "izquierda sociológica" que por sus hechos pierden esta denominación pues se han transformado en auténticos facciosos guerracivilistas –los de la ceja, los de la jeta, los del pille sindical, exfiscales "chequistas" e insultadores, rectores más preocupados por la política que por la educación y políticos a los que ya ni les preocupa la apariencia de independencia de los tribunales– empleándose a fondo con toda clase de insultos y calumnias contra la independencia de los instructores, alguno de ellos fundadores de la asociación profesional que reune a los magistrados vinculados a esa izquierda, y contra el propio Tribunal Supremo.

La cuestión es que por muchos servicios que haya podido prestar a la sociedad española el juez Garzón, que de ser así podrían tenerse en cuenta en otra fase del proceso o del cumplimiento de sentencia, si fuera el caso, el asunto es que ante la Justicia, la que se escribe con mayúscula, es un ciudadano más, que por ser juez de la Audiencia Nacional, tiene un tratamiento especial, ajustado a derecho y el meollo de la cuestión, lo que no parecen admitir estos "demócratas" es que todos los ciudadanos somos iguales ante la Ley, seamos jueces, pensionistas, estudiantes, sacerdotes, ministros, policías, etc.

Estos "demócratas", exigían la no imputación del juez Garzón por el mal llamado caso de la Memoria Histórica, ya que los querellantes pertenecen a la ultraderecha. Al margen de la realidad o no de esa afirmación, parece indefendible como democrática esta pretensión pues niega a unos ciudadanos que no están implicados en ningún delito, el derecho a acudir ante los tribunales, ignorando que estamos en un Estado de Derecho, tal vez sea reflejo del íntimo deseo de erradicarlo. Precisamente por estar en un Estado de Derecho, serán los tribunales y no el populacho, los que decidan si tiene razón el demandante o el demandado, e incluso puede condenar al demandante si considera que existe una demostrada mala intención tras sus acusaciones.

Estos "demócratas",con el exfiscal y cuasi senil Jiménez Villarejo a la cabeza, acusan a los magistrados del TS de actuar como instrumento de "la actual expresión del fascismo", o yendo más lejos el taimado Villarejo, acusa al magistrado Valero y a otros, de "fueron cómplices hasta el último día de torturas". Bien puede hablar el de ese tema cuando el los años sesenta era ya fiscal del ¿gobierno fascista? La verdad es que no se le oyó oponerse mucho al fascismo.

Tras la atrocidad frentista que están montando estos facinerosos o, quizás mejor "fascinerosos" resentidos, inyectando de nuevo el veneno, que pensábamos erradicado, de "las dos Españas", es evidente que la Justicia a estos "demócratas" no les importa nada, sólo parecen tratar, en su demencia paranoica, de retrotraer, "como sea" la situación actual a un imposible final de la Guerra Civil en la que los vencedores hubieran sido los que se encargaron de perderla ellos mismos, con guerras intestinas entre anarquistas y comunistas y con las depuraciones y muertes en las checas o cárceles del pueblo de fieles a la República que no compartían sus ideologías libertarias o totalitarias ¿Tendremos que explicar hoy en día cómo la gastaban los comunistas de entonces? ¿Acaso no somos conscientes de que tras las mayores masacres, por acción u omisión, que ha cometido la humanidad estaba el socialismo comunista?

Si de la miseria económica en la que nos han metido los especuladores y los avariciosos ayudados por unos serviles y cómplices políticos, todos, agravado por la inacción del iluminado ZP, tardaremos más de seis años en salir, de la miseria moral y política que estos facciosos guerracivilistas tratan de imponernos, tardaremos mucho más, si es que no volvemos al pasado.


P.D. Tratando de entender mínimamente las motivaciones que llevan a personas a las que razonablemente hay que suponerles un mínimo de inteligencia racional –aunque en algunos de ellos, si poseyeran algún atisbo de inteligencia, sería exclusivamente emocional, que no es tal inteligencia– a tomar actitudes tan esperpénticas, paradójicas y fuera de toda lógica, se me ocurre que esta reedición del frentepopulismo no es ni más ni menos que el inicio de la campaña electoral del socialismo perdedor, ante la imposibilidad de presentar ningún logro del programa de 2008, que no sean leyes, sin presupuestos para cumplirlas o los abortos y diarreas mentales de la, esperemos irrepetible –sería insoportable–, Bibiana Aido.

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2 comentarios:

Rocío Fondevila | 15 de abril de 2010, 19:48

Ni media palabra que añadir. Totalmente de acuerdo.
Lo enlazo en mi facebook.

Un beso, Juan.

Anónimo | 18 de abril de 2010, 13:28

Es más que evidente que Ud. no simpatiza con Garzón y lo que él pueda representar o significar. Yo sí, mi abuelo materno y uno de sus hermanos, fueron "paseados en la Guerra Civil por un grupo de falangistas.

Pero la razón de mi comentario es que ojalá en España –mire que no me corto en llamarla así, sería una traición a mi abuelo y a su hermano–, todas las críticas de unos contra otros sean del tenor de la suya. ¡Hechos! eso es lo que se debe juzgar y espero que así sea.

Comparto su indignación por lo que llama circo, creo que perjudica a la defensa de Don Baltasar, y, como Ud. dice, revive innecesariamente unfrentamientos fraticidas que sólo conducen al odio entre españoles.

Esa no es mi izquierda.