El federalismo de las taifas (I)


Un argumento muy usado tanto por la dirección del partido, para quitar importancia a la "crítica" ante la prensa, o por los propios críticos, para que los desconocedores de las circunstancias que provocan esa crítica, que aún hay muchos, la entiendan, es que entre "oficialistas" y "críticos" o "herejes" no existen diferencias en cuanto a la línea política defendida y practicada por el partido hasta la fecha sólo son diferencias organizativas.


Cierto que gran parte de la labor política de Rosa está respaldada por la gran mayoría de la afiliación, pero hete aquí que eso, sin que nadie lo haya convertido en un punto de gordiana controversia, hace tiempo que dejó de ser
del todo cierto, y con la anterior contundencia. Y quizás, hicimos mal en no denunciarlo antes, porque puede ser que fuera el síntoma del mal que puede acabar con el Proyecto.

En estos dos años, nos hemos encontrado con incumplimientos (primarias) y posicionamientos políticos de Rosa que no han sido debatidos, ni aprobados en el seno del partido, todo lo más en el Consejo de Dirección, si es que lo han sido. No hace tanto, en el Consejo Político en el que Carlos Martínez Gorriarán pretendía el habitual paseo militar para la aprobación de los programas electorales para Galicia y País Vasco, trató de soslayar aquellas enmiendas que no eran de su agrado. Para ello, intentó, muy torpemente y sin éxito, eliminar cualquier debate al respecto; Hubo una, en la que
tuvo que intervenir Juan L. Fabo para evitarle el bochorno de su obcecación en votarla por tercera vez, pues parecía que no estaba dispuesto a que pasara en contra de su personal criterio. Sólo Carlos MG, es capaz de superar a Carlos MG.

Estos upeydianos ejemplos del "como sea" Zapateril, es como alucinar en magenta, lo que debiera ser una rareza, por ese exceso de sobrebia –la mayor debiidad del Dúo Dominatrix–, se convierte en cotidiano y si hay riesgo de que esos herejes nos amarguen el "Chiringuito", se le expedienta y ¡Ala! fuera del Congreso.

No estoy juzgando si la decisiones tomadas fueron acertadas, o no, sino que afirmo, que no se tomaron cómo y por quienes deberían haberlo hecho. Ya no vale la falaz excusa de que somos un partido muy joven. Quizás nuestro problema sea que somos una afiliación demasiado "joven" –falta de experiencia política–, en manos de unos políticos muy "viejos" y zorros (en el buen sentido de la palabra, si lo tiene).

Tras dos años de andadura se han podido formar grupos de trabajos suficientes para abordar temas trascendentes como energía nuclear, aborto, recursos hídricos, etc. Es más, el propio Consejo de Dirección es responsable de ocultar el acuerdo que se tomó en la reunión del 28/04/08 para la formación de grupos de trabajo a iniciativa de cualquier órgano o afiliado al partido (a mí me lo silenció Carlos MG, cuando le propuse organizar uno, desconociendo la resolución citada que me lo permitía, y me negó la verdad cuando la conocía, Ramón Marcos Allo, en la misma circunstancia).

Todo lo anterior me llava a una conclusión: la raíz de lo que puede destruir a UPyD, está en que aquellos que han recibido el crédito de la confianza de todos, se niegan a devolverlo, se han convertido en morosos, lo han confundido con una donación, con fe ciega. A su vez, son incapaces de confiar en los afiliados como colectivo, sólo lo hacen en muy contadas ocasiones y con un muy reducido grupo de personas, previa rendición de pleitesía y vasallaje.

Esa dirección, ejerce un poder omnímodo y lo administra patrimonializando todo en beneficio, o a disposición, de muy pocos y de su exclusiva y arbitraria forma de ver las cosas –en el fondo han convertido el
Consejo de Dirección se ha un hermoso florero donde la aclamación unánime o el vergonzoso mirar para otro lado, no ha dejado lugar ni para la más mínima aportación creativa–, tan pocos son, que al no poder controlarlo todo, prefieren que hayan asuntos que no se pongan en marcha, si ellos no pueden controlarlos (parón de la vida en los CEL tras las Generales, negar la posibilidad de los grupos de trabajo antes citados, etc.). Y, finalmente, si la elección entre un sistema organizativo caudillista o uno por democracia representativa, no es una cuestión política además de organizativa, que venga Dios y lo vea.

Pero con ser importantes estos temas sensibles, hay uno fundamental, el concepto de Estado que defenderemos en adelante, que puede provocar una seria fractura, esta vez sin excusa organizativa alguna, sino plenamente política, y todo porque desde arriba se quiere introducir "como sea" otra arbitrariedad, no programada.

El apremio para discutir algo tan importante como el Modelo de Estado en el fragor de un Congreso en el que –no hay otra opción– se decidirá y debatirá apretada e insuficientemente entre otras muchas cuestiones, y conociendo los antecedentes de quienes así lo han dispuesto, parece un intento de legitimar de hurtadillas un asunto tan importante, con la ausente voluntad férrea de que no se disponga del tiempo suficiente para un exigible debate a fondo.

(Continuará ...)

2 comentarios:

Nidiestronisiniestro | 15 de octubre de 2009, 1:59

No sé, Juan, a mí el modelo de estado me parece un asunto lo suficientemente importante como para que deba tratarlo la Asamblea y no un órgano de inferior rango. La Ponencia Política tiene que servir como base para orientar la actividad del partido y si no sabemos el modelo de estado que queremos será más difícil articular una política coherente. Si esto no se decide en el Congreso, tendrá que ser más tarde, y hasta entonces el resto de órganos tendrán que tomar decisiones políticas que podrían incluso contrariar la futura postura del partido en cuanto a esa materia tan importante.

Saludos.

Juan Espino | 15 de octubre de 2009, 12:44

Nidiestronisiniestro, Estoy de acuerdo contigo en gran parte de lo que dices. En mi opinión este asunto es tan importante que necesitaría con algún otro, de un Congreso para sí mismo.

Claro que no podemos funcionar a golpe de Congresos que nos acercaría al "asamblearismo" del que se nos acusa, sin razón alguna.

Para eso está la intranet que no nos liberan. Para no entrar en unas largas explicaciones, te diré que afirmo que aquél que, desde la dirección del partido, diga que no es posible ponerla a funcionar, por razones técnicas, directamente miente.

Un grupo de 9 ó 10 expertos seleccionado por el CP, y CD si fuera el caso, se encarga con luz y taquígrafos de debatir en la intranet, siendo los escritos aportados por cada uno de ellos en el debate, trasparentes –sólo se pueden ver–, para los afiliados interesados por el tema que, solo tras la publicación del documento consensuado entre los expertos, en el que cabría voto particular de alguno de ellos, como una enmienda, podrán incorporarse las enmiendas de los afiliados. Seleccionadas y agrupadas, se pasa a la exposición para todos en la intranet, fijándose una fecha para la votación final.

Esto ayudaría a dinamizar la vida de los CELes pues, si el asunto fuera de gran inte´res, se podían organizar debates con las porturas de los afiliados y/o las de los expertos pudiéndose generar enmiendas colectivas.

¿Cuánto tiempo real para debate habrá en la Asamblea? ¿Cuántos asuntos y/o enmiendas distintas a la definición del Modelo de Estado habrá en la Ponencia Política? ¿Cuánto tiempo habrá para las diversas enmiendas al Modelo de Estado (me atrevo a definirlas como numerosas)? ¿Crees que se le dedicará el tiempo necesario a tan importante asunto?

Y lo que defiendo en el artículo. Hace tiempo que ese grupo de experto podría haber empezado a trabajar en ello y llegar al Congreso con el tema debatido, sólo a falta de votarlo. Si la dirección hubiera confiado en las bases la centésima parte de lo que nosotros confiamos en ellos, ésto no sería un problema.