Anatomía de una noticia


Creo que muy pocos de los afiliados y simpatizantes de UPyD, considerarán, en mi opinión con buen criterio, que Público.es, sea lo que podríamos llamar un medio amigo, más bien todo lo contrario, por lo que se me hace más fácil analizar una noticia, a la luz de las reacciones que ésta noticia aparecida en dicho medio, ha provocado:


Rosa Díez destituye al dirigente que pidió listas abiertas
Destituye a toda la coordinadora de UPyD en Aragón

Dudo que quién es citada como la autora del expediente en el titular,
coincida con quién realmente lo haya firmado. Además, el titular puede tener la lectura de que se condiciona al lector hacia la interpretación de que esa destitución pueda ser un ajuste de cuentas por presentar la enmienda a la totalidad. Si fuera sólo por las listas abiertas, faltarían por ajustarse las cuentas a otros trece o catorce miembros de Consejo Político que así lo pidieron o apoyaron. En cualquier caso, salvo por lo señalado y si no entramos en juicios de valor, el titular no dice nada que no sea verdad.
    El partido de Rosa Díez ha decidido cesar en su cargo a Javier Carroquino, hasta ahora coordinador de UPyD de Aragón, que en el Consejo Político celebrado el pasado 29 de marzo pidió que la dirección se eligiera a través de listas abiertas.
En este párrafo, salvo la atribución, supongo que errónea, de la propiedad de UPyD, no parece que se argumente nada que no sea verdad.
    Javier Carroquino presentó sin éxito una enmienda al reglamento del primer Congreso de UPyD, que se celebrará el próximo otoño, para conseguir “una mayor democracia interna”. Pero su propuesta tan sólo obtuvo 15 votos a favor de los 103 emitidos, por lo que el Consejo de Dirección se elegirá mediante listas completas, cerradas y bloqueadas y de acuerdo al sistema de voto mayoritario.
Otro párrafo coincidente con la realidad que se limita a relatar los hechos y que incluso resalta en negrita el revolcón sufrido por la propuesta presentada por Carroquino. Evidentemente cada uno puede estar de acuerdo, o no, con la valoración de para conseguir “una mayor democracia interna”, yo sí lo estoy, cosa que no será ninguna sorpresa para la mayoría de los que me conozcan.
    Además del cese de Javier Carroquino, el partido de Rosa Díez ha abierto sendos expedientes informativos al coordinador provincial de Zaragoza y a otros cuatro afiliados aragoneses, y ha suspendido por completo la actual Coordinadora Territorial de UPyD en Aragón.
Como la noticia parece estar contrastada consultando a las partes, por lo dicho por los interlocutores, no parece que haya razón alguna para dudar de la veracidad de lo redactado, salvo que el número de expedientados sea mayo o menor que el indicado, lo que no parece especialmente relevante.
    La versión oficial
    Desde la dirección del partido explican que el ya ex coordinador “tenía en su equipo de máxima confianza a algunas personas que han actuado de manera intolerable”, y a las que Carroquino se negó a cesar en sus respectivos cargos. El portavoz del Consejo, Carlos Martínez Gorriarán, asegura que esos afiliados “ponían anuncios en internet para buscar voluntarios para el partido”, actitud que incumpliría los estatutos de la formación.
¿?
Al llegar a este párrafo me da un retortijón el estómago. Referida como versión oficial y no habiendo sido desmentida ni en la web del partido, ni en el blog del citado, se pone en boca del portavoz del partido esta frase: “ponían anuncios en internet para buscar voluntarios para el partido”. ¿Quiere esto decir que si informo a unos vecinos o trato de captarlos para que se integren en UPyD o, al menos, colaboren como simpatizantes, seré objeto de la apertura de un expediente por considerar la dirección que me habría comportado de manera intolerable? Menos mal que no se me aplicó tal criterio cuando en las pasadas Generales, mi esposa y yo, aparte de costear parte del buzoneo de publicidad de UPyD en Rivas, ciudad dormitorio de Madrid fundamentalmente a base de chalets, o cuandoo pagamos la insersión de publicidad electoral en un medio impreso y, más recientemente, cuando me trasladé a Vitoria, gorroneando en casa de unos maravillosos compañeros a repartir publicidad, el periódico y papeletas de votación. A no ser que los compañeros expedientados pretendieran quedarse con un porcentaje de las cuotas generadas, si sus gestiones terminaban en afiliación, no se me ocurre qué hay en su actitud que sea antiestatutario, intolerable o incompatible con la militancia, en mi opinión, sería justo lo contrario (Art. 7.1*)

Alguien debería explicar esta desconocida interpretación de los Estatutos, en mi opinión tan creativa que corremos el riesgo de conducirnos de forma antiestatutaria, sin pretenderlo —evidentemente por la gran ignorancia que podamos padecer algunos afiliados—, o de hacer el mayor de los ridículos al tratar de explicar qué hay de antiestaturia en la actividad referida; aunque pensándolo mejor, deberíamos esperar a tener respuesta de "personas cualificadas", no vaya a ser que si tratamos de explicárselo a algún amigo que nos lo cuestiones, estemos incurriendo en la misma e intolerable actitud.
    Por su parte, Carroquino explica que una semana después de que presentara la enmienda a los reglamentos del Congreso recibió un correo electrónico de la dirección, en el que se le pedía que cesara en sus responsabilidades a varios afiliados aragoneses que habrían incurrido en prácticas “absolutamente incompatibles” con la militancia en la formación. No obstante, asegura que mantuvo en sus puestos a esas personas ya que la notificación de la dirección “no se realizó de forma fehaciente”, tal y como establece el artículo 7 del régimen disciplinario de los afiliados. Martínez Gorriarán no quiso dar su versión sobre el posible incumplimiento de los Estatutos.
En cuanto a la credibilidad de las partes, en una organización democrático, no existe ninguna preeminencia al respecto determinada por la responsabilidad que cada uno ostente dentro del organigrama, por lo que siendo la referencia, subjetiva en cualquier caso, la de las personas, puedo afirmar que en ningún caso la que me merece Javier Carroquino, esté por debajo de cualquiera de los miembros de la dirección actual. Así que tengo que creer en lo manifestado por Carroquino en cuanto a lo referido a la notificación inapropiada, apoyado por el silencio —no un desmentido— del portavoz autorizado del partido y que posteriormente no haya sido desmentida tal circunstancia en ningún medio del partido. En un siguiente artículo profundizaré en esto.

    Pérdida de confianza
    Por eso, considera que las razones expuestas por la dirección para su cese son “una excusa para evitar que sea el coordinador de UPyD en Aragón”. Carroquino reconoce que su discrepancia “no es ideológica sino organizativa”, ya que “la única forma de tener responsabilidades en el partido es siendo cercano a la dirección”.
De lo afirmado aquí por Carroquino, lo primero me temo que es la realidad pero aclarando que es una opinión subjetiva. Lo segundo es totalmente cierto y corroborado por la propia Rosa Díez, creo que el tema organizativo, —la base de la democracia está en poder controlar a quienes ejercen el "poder"— es la fuente de casi todas las discrepancias. La tercera afirmación, es una certeza compartida, a espera de prueba en contra.
    “Después de dos años y de participar en su fundación y crecimiento, he perdido por completo la confianza en los máximos dirigentes de UPyD”, apunta en una misiva enviada a los militantes del partido en Aragón. Y añade que los dirigentes nacionales le “han defraudado, porque me parece que no están a la altura de las ideas que defendemos”.
En este otro grupo de afirmaciones, lamento coincidir casi al 100% con la primera. Respecto a la segunda, disiento algo de ella pues no creo que todos los dirigentes, en mi caso nacionales y autonómicos (los que yo he sufrido), no estén a la altura de las ideas que defendemos, comparto la afirmación para la mayoría de ellos. Pero lo que más me preocupa es observar como de todos los principios que defendíamos al principio, se han ido cayendo algunos, sobre todos los referidos a la democracia interna de los partidos y cómo la mala conciencia hace que alguno trate de eliminar toda prueba que esté bajo su control. Pero esa actitud tiene un fallo, no todas las pruebas lo están.



(*) Estatutos vigentes. Art. 7: Obligaciones de los afiliados.
    1.- Compartir las finalidades del partido y colaborar para la consecución de las mismas.

Art. 2: Ámbito y Fines.
    Unión Progreso y Democracia es un partido político de ámbito de actuación nacional constituido para contribuir democráticamente a la determinación de la política nacional y a la formación de la voluntad política de los ciudadanos, así como para promover su participación en las instituciones representativas de carácter político mediante la presentación y apoyo de candidatos en las correspondientes elecciones, con arreglo a los siguientes fines específicos:


2 comentarios:

Unknown | 21 de abril de 2009, 2:36

Documentos que demuestran que la Dirección miente y que hay cosas muy oscuras con las cuentas.

http://esveritate-laverdad.blogspot.com/2009/04/la-piragua-de-upyd-embarranco.html

Bárbara Paraula | 2 de junio de 2009, 15:08

Señor Juan Espino, agradezco que haya emitido una opinión tan clara sobre este asunto. Hace tiempo que intento averiguar que carajo pasó ahi. Cada cual me dice una cosa. Ni siquiera soy afiliada, sólo pretendía votar...pero al ir informándome del partido he ido enterándome de toda esta basura. Sinceramente, tal falta de coherencia, bondad y cohesión organizativa terminan por arruinar la coherencia y la bondad del proyecto político. Veremos si finalmente les voto el día 7.

Un saludo.