Carta abierta a la Casta Extractora


A todos los que participan de la rapiña de los ciudadanos.





Como punto de partida, fijo que todo aquel con cierto poder en las estructura de los partidos, ha participado en esta rapiña –robo– ya sea a nivel Nacional, Autonómico o Municipal.

Por aquello de admitir cualquier posible error, del que no soy consciente, solicito mis más sinceras disculpas a aquellos que se puedan sentir injustamente incluidos en esta generalización de casta extractora. Puede que, en pequeños Ayuntamientos, no sólo no roben, sino que a algunos, le pueda costar su dinero ejercer esa responsabilidad local, pero no a más.

 
Y en esta casta extractora, están incursos todos los aparatos de los partidos, ya sean relevantes (PP, PSOE, CDC, PNV, Podemos,…) o menores (PNG,PAR, CHA, UPN,…). 





Puede que alguno me pregunte por qué incluyo a Podemos en la casta extractora relevante, a pesar de su escasa trayectoria que muestre su “castismo”. Pues porque niego la mayor, todos tenemos claras referencias de “su modo de entender y hacer política”. Porque desafortunadamente para la nación hermana de Venezuela, tenemos clarísimos y demoledores ejemplos de la “aplicación” del ideario y asesoramiento, in situ, de las mismas ideas que la actual cúpula podemita, pretende imponernos a los españoles. Que nadie se engañe, los podemitas han hundido en la más tercermundista miseria a un país rico y con futuro, que ahora no lo tiene. Hospitales desabastecidos, colas para comprar productos básicos de alimentación. Con el pretexto de luchar contra la corrupción, que la había –como aquí la hay–, ahora, no sólo han aumentado esa corrupción, sino que han empeorado drásticamente la situación: libertades bajo mínimos en política, medios de comunicación sanitaria, comercio, etc.

Así que ya tenemos muy claro, a dónde pretenden llevarnos estos podemistas. Sin necesidad de citar sus continuas denuncias de corruptelas que finalmente resultan ser aplicadas por los propios podemitas (Echenique, por citar sólo a uno de ellos).

Llega el momento de decir que, lejos del blanco y negro, hay una gradación en las responsabilidades extractoras de cada partido. Incluso dentro de cada partido, no todos sus corruptos ha robado, o podido robar, en la misma cuantía.

Ahora comencemos el análisis de la situación actual, desde su arranque.




Creo que la maquinación de la forma de robarnos comenzó con el molt pocavergonya de JordiPujol, que ya había practicado con su banco, Banca Catalana, la rapiña de lo público y particular. Sentó tanta escuela, que tenemos a toda su familia convertida en una presunta organización criminal


Curioso que aquí surja y se inicie la colección de excusas que aportan una falsa pátina de honorabilidad a quién las usaba. “Dinero para construir Cataluña”, cuando el crac de Banca Catalana. Estas excusas las usaba hasta el “viejo profesor” Enrique Tierno Galván, concretamente, ante la denuncia de Alonso Puertas, por aumentar notablemente el coste del pago al concesionario en la recogida de basuras de Madrid. En este caso argumentó que "era dinero para el partido" (PSOE). Sin plantearse que al español le debería dar igual para quién es el dinero expoliado, si para un chorizo o para un 
partido chorizo.



El problema es que tenemos, y hemos tenido, unos políticos tan inútiles que o gastan mucho más que los demás, o poco tienen que hacer para ganar el voto. Y ese problema se agiganta cuando con todo lo que cobran del Estado, esta cantidad no les da ni para pipas (según sus palabras). Como ya habían aprendido los cobrantes o intermediarios, a rapiñar para sus propios patrimonios y no un 3% precisamente, comenzaron las peregrinaciones a Suiza,surgiendo empresas especializadas en “sacar” el dinero de España.

Tampoco, por ser sincero, olvidemos que por parte de los votantes y su poca costumbre en hacerlo, el “circo y leones” funcionaba. Lo que hacía fundamental la cara parafernalia de los mítines con actuaciones de cantantes, grupos musicales, etc. Esto les hacía recaudar muchas más “donaciones de empresas amigas”. Bueno, “no tan amigas”, a las que se les paga las “donaciones” dándoles obras sobrevaloradas, que –esto siempre ocurre–, pagamos realmente los españoles con lo que se nos vampiriza desde Hacienda. Esto es, con el aumento en los presupuestos y, lógicamente, con el correspondiente aumento de impuestos.





¿Por qué consideran los partidos que ellos tienen derecho a gastar lo que no se corresponde con el nivel de vida de los españoles?

¿Qué les hace tan miserables y codiciosos? ¿De dónde sacan la anestesia para importarles una higa robar el dinero que sería necesario para alimentar niños que sí lo necesitan?  ¿Y reducciones habidas en las pensiones? ¿O salarios de mierda en nuestras fuerzas de seguridad? puedo seguir con las preguntas para su vergüenza.

Y ahora me dirijo a aquel, del que hoy depende solucionar esta situación, a Mariano Rajoy:

¿Cómo puede Ud. ser tan falso como para negar lo innegable, que han convertido al PP en una –¡otra!– organización criminal que, en la espiral generada para costearse sus “vicios”, su dependencia de esquilmarnos, esa necesidad de recaudar para el partido, les hace mirar para otro lado, así que sus “recaudadores” puedan amasar grandes patrimonios económicos que, “también”, nos roban a los españoles?

Hablemos de la creación de innecesarias empresas, con doble finalidad para colocar a estómagos agradecidos y familiares, porque “ellos” también necesitan vivir, y mejor, si es de la sopa boba que igualmente pagamos todos.
 

Además estas empresas duplicadas y sin funcionarios, permiten que quede fuera del control del Estado sus cuentas, más dinero esquilmado. Y Ud, sr. Rajoy, sabe que esto hay que multiplicarlo, pues lo hacen el suyo y otros partidos en sus CCAA.

¿Hay alguien capaz de calcular acercándose a la cifra real que tanta desvergüenza (rapiña personales, duplicidades de empresas, sobrecostes de obras públicas, comisiones, aeropuertos innecesarios, etc.) nos ha podido costar a los españoles? Posiblemente tendríamos para pagar el déficit público acumulado o, al menos, para reducirlo notablemente.

¿Cuánto de más hemos pagado los españoles como fruto de ese “Capitalismo de Amiguetes” que se ha venido imponiendo en la economía española



Me refiero a ese por el que se siente obligado a rescatar o avalar a grandes empresas constructoras, energéticas, bancos mal gestionados, telecomunicaciones y otras muchas, porque éstas, sí. Éstas no pueden perder dinero nunca. Como los bancos. Ante cualquier duda, siéntase libre de preguntar a su ministro del ramo, mientras éste se forran en paraísos fiscales.

El problema para los que reconocemos todo lo expuesto viene, llegando a cualquier periodo electoral, ¿a quién votar, o le damos una patada a todo? Personalmente he optado por votar, en cualquier caso. A algún partido, o contra algún partido según me indique mi valoración ética. Ambas me parecen opciones válidas, tengo clarísimo que, por ser lo peor de lo peor, ya que me temo lo qué haran con el poder en sus manos (Venezuela), votaré contra Podemos, pero sin hacerlo al PP.




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