No sabían que era imposible, por eso lo hicieron.

Esta entrada, la comencé a escribir antes de 12 de octubre, y se corresponde
con el intento de ponernos de acuerdo un grupo de ciudadanos de diferentes sensibilidades,
ante la actual situación de España, conscientes que la solución no puede llegar
de la mano de PP o PSOE, sin que la metastasis sea definitivamente irrecuperable.
Este grupo se  inició en un Grupo Cerrado de FaceBook.
Al publicarla hoy, deseo que sea una inequívoca señal de apoyo al nacimiento
de Movimiento Ciudadano, con el deso y la confianza de que
se mantenga fiel a sus postulados iniciales.




No sé como decirlo más claro, pero sé que no llego a todos los que, sin dudar, y aceptando la sinceridad de mis palabras, estarían conmigo, y yo con ellos. Pero tengo que intentarlo una vez más.

Parece épico tratar de reunir a personas de ideas muy dispares, pero que coincidan en que hay que dar un golpe de timón a la situción actual de España. Que es insostenible permanecer un día más de puntillas en el borde del precipicio hasta el que nos han traido las castas política, judicial, sindicalista, oligarca, etc., junto con nuetra propia y  cómoda complicidad.  

¿Difícil? Muy difícil. 
¿Imposible? No, aunque nos lo digan.

Hay quien desea un proyecto de tan mínimos planteamientos, que corremos el riesgo de que al final, por propia indefinición, el resultado sea el opuesto al que pretendíamos. No soy un antisistema, sino un anti este sistema.

Por contra hay otras voces que quieren definirlo hasta tal punto que los que finalmente lo compartiéramos, podríamos sentarnos alrededor del velador de una cafetería y aún sobraría alguna silla.


Igualmente surgen aquellos que prefieren el deseable –pero, en mi opinión, poco operativo porque se trata de generar masa crítica– contacto humano. Cuando con ello se renuncia a la incorporación de los alejados.
 

Si estos extremos son los triunfantes, prefiero quedarme en casa a verlas venir. 

Un buen amigo, dice "quiero participar activamente en política para modificar el régimen político actual por uno más participativo y democrático y en lo que pueda, aportar mis ideas sobre asunto." Y yo le digo que sí, pero exijo más concreciones, porque lo que es "democrático para unos, es algo bien distinto para otros. Porque no estoy dispuesto a partirme el pecho por un proyecto cuyo resultado final sea el de más okupaciones, más subvenciones, todos los derechos y ninguna responsabilidad.

Hay que concretar algo más. Estar seguros de que entre esos principios se incluyen mayoritariamente los siguientes: 
  • Ampliación de la capacidad de participación ciudadana, Iniciativa Legislativa Popular (ILP) incluida, discutiéndose en el Congreso, salvo para leyes sobre derechos fundamentales y estructura del Estado, que, en cualquier caso, deberán ser refrendadas directamente por los ciudadanos, y leyes tributarias. 
  • Derecho efectivo a la enseñanza en Castellano en todo el territorio español.  
  • Unidad territorial de España. Cualquier modificación de ésta debe ser fruto del refrendo de todos los españoles. 
  • Eliminar los obscenos privilegios de unas castas que nos anulan hasta la capacidad de respirar. Para los que no somos "personas", sino puros siervos de la gleba y como a tales, les permitimos que nos traten.  
  • Elección de diputados por circunscripciones uninominales con revocación de mandato. El Presidente del Gobierno, será elegido en circunscripción única, a doble vuelta.
  • Democratización interna de los partidos. Primarias para todos los puestos de responsabilidad internos/externos y limitación de mandatos. 
  • Independencia real –comenzando por los métodos de elección– entre los Poderes del Estado, especialmente del Tribunal Supremo, Consejo General del Poder Judicial, Tribunal Constitucional, Tribunal deCuestas, etc. Hacer que Fiscalía del Estado, actue como tal y no como Fiscalía del Gobierno. 
  • Reducción de la estructura del Estado (oficial y paralela) hasta su mínimo pero suficiente tamaño. 
  • Cierre definitivo del Estado Autonómico contemplando limitar las atribuciones de las CCAA, asegurando, en cualquier caso, la prevalencia de las normas acordadas en el Congreso de España frente a aprobadas en parlamentos autonómicos, sobre cuestiones de armonización.
  • Eliminación de subvenciones a partidos politicos, sindicatos, empresariales, fundaciones y ONGs de dudoso interés social.
En resumen, me gustaría que al final se pudiera decir de todos los que participemos en este proyecto, lo que ya oímos algunos de nosotros: 

No sabían que era imposible, por eso lo hicieron.







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