La hijoputez insostenible (I)

Tengo que reconocer que últimamente he radicalizado mi lenguaje con el uso frecuente de merecidísimos "tacos", sobre todo destinados a las excesivas castas de vividores con las que nuestra propia, y muy peculiar, idiosincrasia hispana nos hemos obsequiado los españoles todos. Y como dicen que no hay mal que por bien no venga, este endemismo no dejar de ser una prueba más para desmontar el falsario argumento de los nacionalismos, que se proclaman diferentes del resto de los españoles, cuando sus castas disfrutan, casi más que las del resto de España, de la hijoputez de intensidad media compartida.


Y es que no hay quien pueda negar que entre los que machacan al pueblo español hay más hijos de putas que piedras de mechero; y tal proliferación de vampiros de lo nuestro, de lo de todos, es incuestionablemente insostenible: o nosotros acabamos con ellos –con sus injustos, inmerecidos y auto-apropiados privilegios–, o serán ellos los que terminen por apuntillar –esto sí físicamente–, los medios de vida y el futuro de todos nosotros y, lo que es peor, de nuestros hijos.

No quiero ser injusto en esto de la hijoputez de intensidad media compartida, que cada cual, según su capacidad de abstraerse al sectarismo, reparta dosis de hijoputez a modo, con imparcialidad o con pleno reflejo de sus fobias y filias. De lo que estoy completamente seguro es de que, reconociendo que siempre habrán personas honestas –por bondad angelical, por ignorancia o por estulticia pura y dura– dentro de los colectivos señalados en la anterior ilustración, nadie podrá aportar prueba suficiente y veraz, de que alguno de los citados, no posea méritos propios para estar incluido en la lista. Respecto a los partidos, no me extiendo, ni pierdo el tiempo en citarlos, pues ninguno está fuera de dudoso honor de formar parte de ella.

Creo necesaria resaltar mi convicción de que cuanto más en posesión de poder político y/o económico esté ese colectivo, mayor será la desproporción favorable a la hijoputez de sus componentes y contraria a la posible honradez de los mismos.

A lo que iba, prácticamente ya no quedan bienes que rapiñar, por lo que nos queda la estéril venganza del pobre, consistente en observar desde el suelo de nuestra inevitable agonía social, cómo los carroñeros se destrozan entre sí, a salvajes dentelladas ante la inexistencia de más botines que expoliarnos.

En estos colectivos incluyo a algunos (controladores, pilotos, conductores de Metro y de Renfe, trabajadores de limpieza, etc.) de los que seguro que, más de uno, dudará de su correcta ubicación, como si la
hijoputez de intensidad media compartida fuera patrimonio de las clases poderosas y adineradas. Cierto que será mucho mayor la repercusión de la hijoputez de los poderosos, pero la de los "pringadillos", siendo mucho menor, está –triste es reconocerlo– mucho más extendida habiendo alcanzado, hace mucho tiempo, la categoría de epidemia necesaria que, por otra parte, explicaría –cómo, si no–, que finalmente sean poquísimos los ciudadanos que se alcen frontalmente contra este expolio sistemático.

Al que persista en no ver a algunos de esos colectivos incluidos en el listado, le pido que considere, en la línea de la frase: "
Dale poder a un inteligente y tendrás un líder, dale poder a un tonto y tendrás un tirano", la siguiente: "Dale la capacidad de hacer mucho daño a un colectivo reducido y tendrás a ... ". Por supuesto que nadie niega que los inmerecidos privilegios de estas castas muy reducidas, han sido "otorgados por" o "arrancados a" la casta política de turno, por lo que ésta no podrá negar su grave responsabilidad. No debemos relativizar que la casta política es nodo de origen y paso forzado para todos estos intereses bastardos.

Y a quienes piensen que la mano dura
empleada contra los controladores –hay quien afirma que ilegalmente–, sea la pauta a seguir, que los políticos han actuado correctamente, les recuerdo que todo esto hubiera sido baladí e innecesario si la hijoputez, la desvergüenza o la ineptitud –que cada cual elija la posible razón que estime justa– de la casta de los políticos después de más de treinta años, no les hubiera "impedido" cumplir con el mandato constitucional de promulgar una Ley de Huelga.

Ahora comienza a generarse el run-run de otro expolio, que las cajas de ahorros van a ofrecer la prejubilación con el 90% de sus salarios a todos sus empleados mayores de 53 años, con cargo a nuestros bolsillos, los de todos. Unos viendo como se les van a recortar sus pensiones y, a la vez, como parte de ese recorte irá apagar las chorizadas o las pésimas e irresponsables gestiones de los Juan Pedro Hernández Moltó (Caja Castilla la Mancha), Narciso Serra (Caixa Catalunya), Javier Ajenjo (Caja España), Carlos Senent (CajaSur), etc. La mayoría de ellos políticos amortizados pero con lujosísimos retiros pagados por todos los españoles y, tan "agradecidos" a los que les pagamos, que por ignorancia, idiotez o interés, han desmantelado y arruinado cajas que con una gestión eficiente y honesta continuarían, quizás incluso con los problemas causados por la actual crisis, siendo empresas totalmente fiables y rescatables.

Si esto parece una exageración, ahora nos viene el ex-ministro del PP, D. Rodrigo Rato –"el deseado" para un importante sector de sector de la derecha española–, que desde la cúpula de Caja Madrid y acompañado por el ex-ministro del PSOE , Virgilio Zapateroes claro que para esta casta política, el manejo del dinero de la mamandurria consigue "acuerdos" que la solución del paro no merece– nos dice ahora que el coste para el ciudadano de la prejubilación de 4.000 empleados de la SIP (formada por Caja Madrid, BanCaja, Caixa Laietana, Caja de Canarias, Caja Segovia, Caja de Rioja y Caja de Ávila), será mínimo, salvo los dos años de paro a que todo ciudadano, en sus mismas circunstancias, tendría derecho, "pues el resto de los pagos los harían las propias cajas" de sus ciuentas. No sabía que el Sr. Rato fuera otro cantamañanas que, si bien no lo dice, piensa que el dueño de la tierra es el viento.

Dado que las cajas no pueden imprimir su propio dinero, ¿Cómo van a obtener los fondos para pagar las prejubilaciones? ¿Será con las subidas de cobros y comisiones que ya comienzan a exigir como necesarias para sostener "sus negocios"?

Los pringados de toda la vida, podremos ser ingenuos, algo ignorantes, incluso algo tontos y algo corruptos –en eso la LOGSE y los anteriores sitemas educativos, nos ha colocado casi a la cabeza de Europa– pero hijoputez de intensidad alta compartida, cae enteramente de su lado, señores chorizos, especuladores, tiburones, políticos o lo que sean.

Hasta aquí por hoy.

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