La revolución de los perdedores

Dice Rosa, no se cansa de decirlo, y tiene toda la razón, que somos un partido revolucionario. Creo que muy pocos afiliados discreparían de esa aseveración. Yo la hago mía y añado, sin pretender enmendarle la plana a la jefa, que somos tan revolucionarios que frente al encumbramiento de los trepadores profesionales, en este partido —porque sólo podría ser posible en este partido—, va a triunfar la revolución de los perdedores. Sí, los perdedores, esos para los que lo verdaderamente importante son los principios y no los puestos, la verdad y no la argucia, la transparencia y no la ocultación y que, por ello, en los partidos clásicos estaban, y están, destinados a perder, desaparecer, ser expedientados o apartados porque, aunque por prudencia o un mal interpretado sentido de la responsabilidad no protesten, son los irritantes e inevitables espejos que les devuelven sus auténticas imágenes a los déspotas y manipuladores. No se trata de la negación de la legítima ambición política de cada individuo, sino de asumir y defender que ésta nunca podrá estar por encima de los principios que nos hayamos dado o los derechos de los demás.

Esos que en otros partidos son los perdedores por ser honestos y no llegar buscando un puesto junto a las estrellas, son la sal del nuestro; son los que marcan y, si no permitimos que se pervierta nuestro Manifiesto, marcarán el camino. Son los que con su sola presencia y su mirada limpia, porque nada ocultan, les recuerdan a dirigentes, sabios, expertos o muy preparados que sus propuestas y acciones, con ser muy importantes, quizás no tanto como ellos piensan, nunca, lo repito, nunca, justificarían que se llevaran a término "a cualquier precio" o "como sea" que diría Zapatero.

Porque, al contrario que en los partidos de la edad antigua, si alguien sobrara en UPyD, sería aquél que creyera estar por encima del bien y del mal; aquél que creyera que para conseguir lo que él considera que es lo correcto, todo vale, con tal de obtenerlo; aquél que creyera que no hay barrera alguna, ni sus propios Estatutos, que pueda controlar su forma de ejercer el poder; aquél que creyera que puede retorcer los hechos para eliminar presuntos problemas, acabando con el buen nombre de cualquiera; aquel que creyera tener derecho a negar los más mínimos derechos a sus propios compañeros.

No vayan a creer que todo lo dicho hasta aquí es fruto de una secuela no bien identificada tras el derrame, nada de eso. Si alguno de nosotros, en algún momento detectara la presencia entre los compañeros de alguien que defienda actitudes como las aquí citadas, siéntase libre de recriminarle dicho planteamiento porque estará respaldado por el contenido de nuestro Manifiesto Fundacional del que extraigo las siguientes frases:

  • "... consideramos a los ciudadanos capaces de pensar por sí mismos y de elegir en consecuencia ..."
  • "... nos apiadamos cordialmente de quien carece de mejores argumentos para descalificar al adversario."
  • "Ser progresista es luchar contra las tiranías que pisotean la democracia formal, ..."
  • "A nosotros nos gustaría ser capaces de aprovechar los elementos positivos de unos y de otros, pero sin tener que cargar con sus prejuicios y resabios reaccionarios, que existen en los dos campos."
  • "... ninguno lo hace tan bien como para que debamos renunciar a buscar alguna alternativa mejor."
  • "Los ciudadanos no podemos ... refugiarnos ... en la renuncia a exigir el respeto a nuestros derechos y libertades."
  • "... no hay más remedio que implicarse para que nuestras ideas tengan voz ..."
  • "La base de la ciudadanía democrática es la igualdad en libertad: iguales leyes para todos y todos iguales ante las leyes."
  • "Ninguno (de los partidos de la edad antigua), finalmente, está interesado en proponer reformas que revitalicen la democracia mermando el poder de los aparatos de los partidos en beneficio de una deliberación pública y abierta, más allá de la alienación sectaria y del dogmatismo carente de ideas.

Así que tened por seguro que, si por encima de todo y todos, respetamos nuestro ideario, nuestro Manifiesto, seguiremos siendo revolucionarios porque los trepas que en cualquier partido clásico, toman el poder y son los únicos que "son", aquí, en UPyD, no valdrían. Sus chuscos, totalitarios e intimidatorios métodos, estarían destinados al fracaso. Para conseguirlo deberemos tener muy claro que por encima de las personas (estas cambian), son los principios contemplados en nuestro Manifiesto los que deben recibir nuestras lealtades.


3 comentarios:

Anónimo | 6 de marzo de 2009, 13:51

Yo, que no pertenezco al partido (o al menos de momento) me pregunto si "los nuevos", los "eufóricos" venidos de continuas vitorias que ha tenido UPyD en las elecciones...saben de esto. Quiero decir que no se(precisamente porque no estoy dentro) si los que ya están dentro conocen del manifiesto y han estudiado concienzudamente lo que dice el mismo. Asi que me pregunto si el manifiesto fundacional no va a quedar en papel mojado en pro de los "ganadores" venidos de los otros partidos.


No puedo evitar ser catastrofista a sabiendas de la escasisima cultura democratica de este pais, de la que creo que todos somos en mayor o menor medida, victimas.

Saludos

Juan Espino | 6 de marzo de 2009, 17:55

Me da la sensación que "los nuevos" y "eufóricos" a los que te refieres, "venidos de continuas victorias que ha tenido UPyD en las elecciones...", quieres decir que vienen "arrastrados" por esas victorias y por esa misma "euforia" a la que refieres, se olvidan de saber qué más hay tras el potente mensaje y el gran carisma de Rosa, en definitiva el Manifiesto. Es posible pero está en nosotros no sólo reunirnos para repartir octavillas o pedir firmas. También debemos tener reuniones para debatir sobre lo que el partido aún no tiene postura definida, sobre lo que nunca debería tenerla —en razón a la transversalidad— y para despejar cualquier duda sobre las bases de nuestro ideario.

Para ser sincero, temo que nuestro mayor peligro, más que desde el exterior, podría venir desde dentro, y porque justo aquellos que detenten el poder, se puedan olvidar de que nuestro ideario es claro: NO TODO VALE y EL FIN NO JUSTIFICA LOS MEDIOS. NUNCA.

Saludos, Mr. Langley

Nometoqueslosmondongos | 12 de marzo de 2009, 16:26

Hola Señor Espino: Quería decirle que me parece muy bien y estoy de acuerdo con casi todo lo que dice en esta entrada de su blog. Digo casi por tocar las narices, que no se puede estar de acuerdo siempre con todo.

Por cierto, ¿se da cuenta de que los trepas, los resabiados, los que sobran, los aprovechados,, etc...son precisamente los que no se dan por aludidos por estas palabras suyas? Es la condicón del fanatismo papanatas, un trepador nunca reconoce ser eso, lo son los demás. Pues eso, que el partido está lleno de cucarachas y desgraciadamente no se las combate con palabras.

PD: Y si hay alguien que se cree que el partido es suyo tiene un nombre que empieza con G. Lo digo para que se enteren los que no saben o no contestan.

PD2: Asamblea en Galicia a mediados de abril, según correo de la central madrileña. Habrá que ir pensando en democracia interna y todo eso, es decir, reclamarla a gritos o nada de nada.