Estamos al comienzo de la crisis
Aunque éste es un blog personal, me consta que somos muchos los españoles que estamos en una onda muy similar respecto al análisis y/o la solución de los problemas de España y su entorno, de ahí el éxito de UPyD. Por ello inicio aquí la colaboración de amigos pertenientes a UPyD, o no, que aporten un nuevo prisma de visión, ayuden a clarificar las diversas problemáticas o propongan lineas de solución innovadoras.
Cuando en el año 2006 leí un artículo del catedrático de Estructura Económica dela Universidad Ramón Llull, Santiago Niño, donde predecía que en el 2010 se produciría un “crash” económico similar al de 1929 no di crédito a los que mis ojos veían.
Fundamentaba sus tesis en el estudio de las series de crecimiento de los 53 últimos años en el mundo. También vaticinaba que los problemas económicos y sociales iban a desencadenarse por culpa de las elevadas tasas de endeudamiento, sobre todo en el mercado norteamericano y señalaba como culpable la errática política de Clinton que gestó con la concesión de hipotecas a familias con serio riesgo de no poder pagarlas.
Santiago Niño también afirmaba que hasta ahora las víctimas de la crisis han sido los ricos, sobre todo los grandes especuladores inmobiliarios, que pese a la ayuda que han recibido del gobierno español, no han podido capear el temporal por el excesivo endeudamiento que tenían, pero ahora la crisis se va a empezar a notar en los ciudadanos a través de un alud de despidos y cierres de empresas, además de una caída en los ingresos públicos y el aumento del paro, que ya está en tres millones de parados, que va a seguir aumentando y pronto rondará los cuatro millones.
A esto hay que añadir que los 8.000 millones de euros que el gobierno va a poner a disposición de los ayuntamientos españoles y que van a ir a nuevas inversiones no van a paliar los problemas de éstos porque la deuda que tienen con los proveedores no se va a pagar, lo que va a hacer que muchos empresarios tengan que seguir despidiendo y cerrando empresas, ahogadas por la deuda. Eso sí, se van a crear nuevos empleos a costa de la pérdida de otros.
Otro sector en crisis es el comercio, los elevados alquileres con los que someten las grandes multinacionales al pequeño empresario, van a hacer inviable que muchos de estos negocios continúen funcionando más allá de primeros de año; si aguantan es por la previsión de ventas navideñas y por las sanciones económicas que tienen al romper unilateralmente los contratos. Fuentes del sector prevén más de 60.000 nuevos desempleados.
Los expertos que vaticinan que en 2010 se verá la luz al final del túnel, será mejor que se aparten porque la locomotora de la recesión económica les puede arrollar. El profesor Niño cree que España comenzará a salir de la crisis en 2018; sí, en 2018, han leído bien, tres años más tarde que el resto del mundo, además cree que el Ibex se situará a principios de 2010 en los 5.500 puntos. Desde luego, los vaticinios de este catedrático pueden ser tachados de pesimistas, lo que no gusta a Zapatero, pero si se piensa bien, la economía española ha basado su crecimiento en el sector inmobiliario, en el de la automoción y en el del turismo. Los dos primeros están en clara recesión y el tercero, aunque menos, está acusando un claro descenso, sobre todo del turismo procedente del extranjero. Hasta que los pisos no cuesten lo que realmente valen, hasta que los coches no tengan un precio razonable y hasta que la industria no ocupe el lugar que le corresponde, es decir, hasta que dejemos la especulación a un lado y basemos nuestra economía en el sector productivo, todas las medidas económicas del gobierno serán tiritas que no curarán la fractura económica que padecemos.
1 comentarios:
Terrible presente y futuro retratados por Santiago Niño Lo sufriremos todos pero, principalmente, lo sufrirán nuestros hijo en 15 - 20 años. Y mientras, el irresponsable iluminado que nos gobierna endeudándose más cada día, de forma que continuamente aumenta la deuda que ellos, nuestros hijos, tendrán que pagar.
También nosotros lo pasaremos mal porque, si no nos han alcanzado ya, sin duda nos alcanzarán las consecuencias del "crack". Pero a un padre no le cabe mayor amargura que tanta certidumbre sobre las mínimas posibilidades de futuro para nuestros hijos.
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